Tía, hoy me he comido otros dos platos de lentejas, como veis laCharo antes de Standarte fue cocinera en “Selesianos”. El caso es que la olla o acababa “cormigo” o yo con la olla, sin premio, aunque pareciera que haya ido a concursar a crónicas carnívoras.
El caso es que hoy tenia cita con mi nutricionista, y los 10 días de vacas en Conil los llevo en mi talega, he engordado dos centímetros, de cintuuuuraaaa, en tara un kilo 200 gramos. Mi hermano Esteban sigue igual a ratos, sin novedad.
Hoy, sí que había pilates con pre/post caminata, y allí estuvo el tío jugándose el campeonato del mundo de pilates de mi bloque por no decir la vida, más entregado que un novio.
Y a la vuelta, tengo que confesar que hacía frescoño, viento el sur que le llaman, y me he tenido que poner la mochila al revés, quiero decir por delante por que si no se caerían las cosas al suelo. Y entre la mochila en el pechito y la grasa taleguera, he pasado el tirón a ritmo cofrade de plan de agua…
Bueno, y hoy como no, también me he cruzado con monerías, una gachi con media gabardina granate, abrochada hasta la colcha más fea que Barbate ella y la prenda, una falda de tablillas de tergal, medias y unas zapatos de cojita de charol. No la he parado y le he dado un abrazo diciéndole que la quería, que no iba kitsch sino vintage, y que me tenía pa casi todo, porque no es inclusivo.
Totá que pal martes, pa darle glamour y estilismo al paseo, en vez de la “partedarriba” del chándal quechua, “le via pedí a mi mamá, una toquilla emprestá” y dejármela caer sobre los hombros y pasear mis rumores por la orilla de vuelta pa mi templo.
Poyasta.
Emiliojo
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