viernes, 5 de abril de 2024

El silencio de Dios.

El silencio de Dios. Solo sé esperar, es lo que puedo hacer en oración e intención. Si niego la incertidumbre y el miedo, me negaría a mi mismo. Si no te niego, es por mi humanidad y torpeza, eso si que es certeza.
Te quiero y te espero, en el andén de la pena, en el miedo por vos, aun sabiendo que sois Dios. Hombre de poca fe, y de muchas dudas, que enriquecen mi consciencia amparándome en tu omnisciencia.
Me arrimo a María, hoy solita como la mía, que espera partida en dos, su alma me duele, su quererte me desnuda, su espera me ampara. Mi brazo por encima, funeral del espíritu, mi silencio que solo ella siente, mi amor espejo de su alma, mi miedo que solo ella comprende.
En tus ojos me muestras a Jesús, fruto bendito de tí, Virgo María. Tu cara me muere, te siento sentada, el regazo mano con mano, y yo, y yo a tu ladito callado. Madre joven que ve la muerte de su niño, misión sabida, y desgarro consabido, y yo a tu ladito callado.
Déjame estar a tu lado, que es el mío, el único que tengo, porque hoy todo lo demás es sarmiento de espera y de renacimiento.
Emiliojo

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