sábado, 26 de noviembre de 2022

Cuando llega no quiero...

 Hay veces que me pasa, que cuando llega no quiero. Supongo que es un reducto en mi subconsciente que amortigua mi inconformismo. Que me contradice y me complementa, que me hace libre, no se adapta pero si se acomoda.

Esperar la Navidad, en su día la Semana Santa o el Carnaval (ya no), un verano placentero, un evento importante o esperado, una celebración convocante, un rato ansiado, una persona añorada, una situación soñada, una vida pensada. 

En llegado, aflora ese "ojú", ese po la verdad "es que no se me apetece tanto", un no es para tanto incluso me aislaría en lo mío dejando que cada uno vaya a lo suyo, o el radicalismo adolescente que aun vive en mi por contraposición a lo que acontece, que se dice en hipocresía y mentira, loco por que llegue el día a día. 

Ser binario por momentos, fanático o sectario del yin y el yang en lo que acontece. Y loco por la gama de grises del presente de la primera persona, que es dónde se vive y se hace amable el vivir sin dobleces, sin esperas, sin más que el soy; libre, sencillo, creativo, limitado, anodino, genial y divino.

Salud desde la caverna.

Emiliojo