jueves, 30 de julio de 2020

El cielo

Un jardín necesita flores nuevas, flores de temporada, plantas carnosas, damas de noche, cactus, girasoles, tulipanes y lirios, rosas y espinas. Palmeras de cientos de años, higueras, vides, dragos, naranjos, guindos, manzanos y almendros. Robles, castaños, moreras, sauces llorones, encinas... 
Tomateras, matas de papas, calabaza, melón, pepino, ajos y cebollas que curen y lloren, cerezas, salicornias y aloe veras. 
Todos con distintos años y tamaños, con distintas funciones, características y formas, un paraíso de vida, una representación de lo que somos, un cielo de vid, un reino de los cielos infinito, un parque eterno, un huerto de tierra y agua, un vergel espiritual, un oasis donde descansar... eternamente.
Emiliojo

miércoles, 22 de julio de 2020

Recogidas 2020

Ayer en el parking de Canalejas, había un gachón como aparcando, que más quisiera más de una recogida de los años 80; con batidoras, levantadas a pulso, genuflexión de paso misterio, glorias cantadas por cuadrillas, vueltas en redondo, capirotada al aire, barales de balcón a balcón, horquillazos con epicentro en China, saetas indie, petaladas fuerza tres, y aplausos de primer premio de chirigota provincial...
Salí del parking entre emocionado y reventado, con ánimo de irme al palco a tomarme un mal llamado digestivo.

Emiliojo

viernes, 10 de julio de 2020

Por la calle venía...

Acabo de ver a una criatura macho con un carrito pseudo profesional artesanal de dos ruedines, cargado con 4 sombrillas con sus adaptables, fundas tornillos multicolor para clavarlas en la arena, 6 sillas, 2 neveras familiares, y dos mesas, el ioputa llevaba un carrito de helados. Yo volvía de spinning y me lo crucé a la altura de preferencia. No me dio tiempo quedarme con todo, lo llevaba todo cogidito con púlpitos y tiraba como si llevara una batea con un coro con sus suplentes, jarto vino.
Al cruzármelo me salió un oleole cargante y estuve a punto de volverme, abrazarlo darle dos coditos y decirle, te quiero picha mía, no sufras porque ya mismo, ya mismo, huele a hojaldrinas y están los cochinos y los pollos de la plaza vestidos del cadi...
Eso sí me quincó con cara de cabrón, como si yo fuera su cuñao o argo...

Emiliojo

Ojos nuevos

Me despierta el insomnio de segunda hora, dormir pocas horas, los pensamientos, sentimientos y emociones se tangibilizan en mi cuerpo, cabeza, garganta y pecho.
Pie a tierra, ducha que reactiva mi valentía genética, y aparta los terrores nocturnos de estar vivo mientras duermes, fantasmas que vives con ojos abiertos pero con solo poner un pie en el suelo desaparecen y vuelven al subconsciente sombra y parasimpático.
Mi vida me permite sentarme a escuchar la mañana y el despertar de una ciudad a medio gas histórico, gaviotas histéricas, golondrinas desterradas, palomas equivocadas, gorriones canallas reclaman su estado de alarma.
Enfrente la realidad del mar a la izquierda una parcela de la playa, una palmera que le da perspectiva y un mar que me tranquiliza y evoca mi infancia. A la derecha una postal del faro de San Sebastián cara b de la caleta, pellizco de la herencia de una pandemia, redescubrimiento de lo que tenía y no veía, de ver con ojos nuevos por necesidad de un confinamiento para volver a dar gracias a Dios y a la vida de no tener, pero si ser y pertenecer estando. Mar inquieto, marea cíclica, luz del cielo, música de vida, viento sureño canalla diverso y despierto.
Y aún así mi pensamiento automático y egoísta me decía, quien tuviera una casita de campo con parcelita y un cesped para respirar, y escuchar el trino de un pájaro ocupa, el frescor de la mañana, la libertad disfrutada con muros confinada.
Al volver a respirar y tratando de despertar de mis automatismos sin realidad, sin presente y sin ahora, nuevo pensamiento, típico en mí, para tratar de solucionar, para un no dejar de controlar y solucionar desde el mismo lugar, me digo hago una meditación generadora de energía positiva y plena consciencia como si de una sesión de spinning se tratara. Pensamiento bucle, martillo pilón que insiste hasta hacer de la mentira verdad.
Y nada más sencillo que insistir en la quietud ante la inquietud, la agenda, los pensamientos y los vicios de mi comportamiento controlador, para dejar como entra Dios, que la paz de mi se apoderara, que el silencio me lo mostrara, que la luz interna sin práctica, decisiones, ejercicios, responsabilidades y remedios, me tomara. Respirando y sintiendo; sensaciones, pensamientos, sonidos, emociones, sin arraigo y observando en primera y segunda persona del singular, siendo el mismo; objeto y sujeto, lo entiendo. Y por fin sin querer, sin saber y sin forzar, ni siquiera tratar, apareció la realidad, encontré la paz, la serenidad, el goce de estar, de sentir, de vivir, sin mas pretensión que abrir hueco a lo que acontece, a valorarlo a experimentarlo como un niño que ve por primera vez el mar, sin experiencia, sin recuerdos y sin deseos, solo el disfrute de pertenecerlo.
Despertar, respirando, escuchando, sintiendo, fluyendo sin más ancla que mi cuerpo, sin más valoración que el mirar vacío redescubriendo lo eterno, lo de siempre, lo que existía fuera pero no dentro, un sin querer que me devuelve la alegría, paz y disfrute del ser estando agradecido.

Emiliojo