domingo, 15 de enero de 2023

Tres kilos de más o menos.

Sabiendo más que presuponiendo, lo que acontecía en mi cuerpo, a mi cita semanal post navidad con mi nutricionista, fui este atardecer.
Y al subirme a la báscula yo y mi barriga, quise asirme a una barandilla que al lado había, para así engañar a mi cuerpo, que no al peso y su propietaria.
Y pesome con la mala suerte de haber cogido, casi sin querer, tres kilos entre la pre y la navidad.
Tres kilos no de la mala vida, uno de las hojaldrinas, otro del vino, y el tercero de los ratos al retortero.
No me arrepiento de mis pecados, por lo que no tengo perdón, pero sí penitencia. La de mirar para abajo con menos alegría de lo que lo hacía. Pero como ya he mencionado que me quiten lo bailado.
Ya he cerrado el pico, y he comprado los avíos del caldo depurativo, fruta, verdura, pez espada, gallo, merluza, chuletas de pavo, y agua como para hacer el milagro del vino en la pre boda y la boda de Tamara.
Y para celebrarlo y agradecerlo, mañana estaré firmando libros de dietas y nutricionismo en El Corte Inglés, hasta que me cojan…

Emiliojo

jueves, 12 de enero de 2023

Día de Reyes.

Fueron los últimos reyes de mi Rey.
Eran días duros, pero plenos de presencia, del hombre que se hizo niño. Su bondad lo convirtió en niño de nuevo para terminar el camino en la esencia y la patria de su infancia.
Mis ojos me conmueven, sonrisa triste del que sabe lo que acontece, pero no pierde un minuto en hacerlo eterno.

Emiliojo

martes, 3 de enero de 2023

Mi propósito para el 2023.

Mi propósito para el 2023.
Por prescripción de mi terapeuta, y por ser lo que busco en la mirada ajena. 
Por ser lo que me enamora de ella.
Por haberlo dejado de hacer, desde no sé cuando, aunque sí su por cuanto.
Porque ser amable es ser invencible. 
Porque mi mente de bromas, no entiende, y al que atiende es al subconsciente.
Porque mi emoción y sentimiento dependen de mi comportamiento. 
Porque estoy feliz, porque río. De la misma manera que estoy triste porque lloro, y no lloro porque esté triste.
Porque mi mente no entiende de bromas, y mi cuerpo decide sobre mis emociones. 
Por preservar mi salud física que es lo mismo que decir mental.
Porque es mi propósito.

SONREÍR.

Emiliojo.

Mirando la oscuridad.

Mañana de asueto aún sin horario, todavía al otro lado de la cama, escucho la radio la apago, atiendo la lluvia al otro lado de la ventana.

Emiliojo