domingo, 30 de julio de 2023

Mujeres reales.

Me gustan las mujeres reales, de curvas de carretera, del saber llorar resiliente, de saber reír pendiente de mil. De saber abnegar lo propio por lo que nunca volverá aún sin ti, que es mi.
De saber disfrutar de una botella más, de postrear cerveza y de comer sin-vergüenza. De querer desnudo, de risa honesta, de cara limpia y recién “lavá”
Comerte la cara sin hambre de sexo, pero dentro de ti, que es mi y mucho de eso. De hijos o no, pero de mujer en el vivir. De mirada canalla pero por mi, de luz en la mirada y de melancolía por su desnudez sin sostén de lencería.
Revolución genética que ni con epigenética, inigualable en el saber inteligente, en la perspicacia y verlas venir, matriarca del dios mundano, y madre del divino hecho humano.
Desnuda con ropa, vestida de vida y de risa, de sexo andante, de son en el andar, de mano apretá y de beso verdad.
Miradas de frente, de reojo o irreverente, de mirada sin juicio, de deseo lascivo, de querer de hijo, de sentir sin ropa o de desnudez emocionante con corazón de diosa, y labios de vino.
Reina, diosa, princesa, apañá, lista y un poco celosa, de mordidita, de vente pa cá, de no ir o de peligrosa, mirada de ilusión como si fuera una mocosa.
Madurez canalla, carcajada valiente, mirada traviesa, sexual omnisciente, gravedad físicamente, saberlo llevar con música y mucho son.
Sabiendo lo que arrastra y por ende lo que vale, labios rotos que besar, pechos donde anidar, una acompañante en el brindar por la vida y por lo que pudiera llegar.

Emiliojo

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