viernes, 26 de junio de 2020

Estimado Miguel

Nos unió, un patio, una plaza y hasta un convento, un fraile llamado Ramón, Nicolás o que se yo. Nos unió la esperanza, la salida y la espera,  la desesperanza, la recogida y la injusticia. Nos unió lo que no, y lo que sí, las faltas y hasta lo imposible del perdón. Nos unió un pasillo, una palmera de 5 siglos, un trastorno y un amor, un niño rubio y un autobús a Madrid, una asociación y un aguaor. Nos unió el emperador con sueño, un poli bueno con bigote, y la Sole de Isabel. La elegancia, el respeto, la historia de nuestros padres, el esfuerzo compartido, lo nuestro, el conocimiento personal, el amor de Dios, la mirada de la misma madre, la fe y la creencia, la religión a mesa puesta, una nave central y una capilla puerta con puerta.
Un ser dañino, maestro de nuestro autocontrol, situaciones y desechos de tienta, locuras de amor, infancia y patria, papá y mamá, pérdidas de vida y hasta de amor. Familias veraneando juntas en una plaza, veranos inolvidables, semanas santas memorables, Arina y Vitali, bodas y procesiones, amores de centro y de ruán, historias de diario.Una baja de hermano, el daño y el desagravio, el apoyo y el hartazgo, el cariño y el abrazo, la maldad y lo humano. Lo que queremos y lo que añoramos. Una Sacristía y un San Francisco abajo.
Nos devuelve el futuro, una ausencia, un recuerdo en la distancia elegida, un no quiero, y una llamada, un columbario y una verbena, cenas solidarias y fiesta de disfraces bielorrusos, trabajo remangado sin nombres y apellidos, solo caras y familias que no entienden nuestro idioma solo el del corazón. Nos devolvió un pena sonreida, una tarde de verano, una plaza roja franciscana, un lunes de pandemia, lunes de ausencias personales, muertes y nacimientos, sueños y desencuentros, idas sin venidas, eclesiastes 3, juventud, pantalones cortos, noviazgo y no te quiero, tarde de lluvia y de naranjos, parisien y San Damian, neveras de primer piso, tómbolas y belenes, risas y lágrimas, un irse para no volver, una oración de dormitorio, un fraile de 3 años, hermanos cirineos y talibanes, perdones no dichos, pregones inéditos, perdones no sentidos, verdades como puños, odios con respeto, amores con soledad. Consciencias plenas, que reconocen que no pudo ser de otra manera, yo siento...

Emiliojo

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