jueves, 16 de julio de 2015

Salve Marinera en la Memoria Espiritual

Visitar la Iglesia del Carmen en el día de su titular y de mi mamá. Ir con Papá, Mamá, Wendy y Arina, una excursión familiar que supone un viaje autobiográfico al pasado y a la normalidad cognitiva de papá.
Acabando la Santa Misa, momento solemne y emotivo en el que se canta a la Virgen la Salve Marinera, en ese justo momento vuelve a ocurrir, la chispa salta, por un instante gestiona y revive su emoción; la luz, el olor a incienso, la magia del escenario, la imagen de Nuestra Señora en su paso, la música, el canto comunitario y sentido, ese trance de devoción hace que papá empiece a llorar, sobrecogido, incluso con pucherito, lagrimas como limones, cara y expresión de emociones vividas, hecho que ya solo vive en muy contadas emociones, y siempre en escenarios espirituales y comunitarios.
Pelliscazo en mi corazón, Wendy se emociona como la hija que no tuvo, mamá le abraza, Ari sonríe y asiste sorprendida adivinando lo que ocurre.
Todo en la vida tiene sentido, todo está ahí para algo y por algo, no es funcionalismo es espiritualidad o consciencia comunitaria vivida desde la individualidad y la familia, en tu mente sigue estando todo aunque no lo encuentres, tu consciencia, tu criterio, tus emociones, tu espiritualidad, forman parte del todo al que perteneces cultural, social y espiritualmente.
La Psicología de la Memoria, predice que la memoria musical es la última memoria que persiste en nuestra mente, cuando el resto de nuestras memorias, tanto la implícita como la declarativa, no la encontramos y ya no somos ni conscientes ni inconscientes de ellas. Pero estoy seguro, aún elucubrando sin más cuajo que el instinto y la intuición, que la memoria espiritual nos acompaña igualmente, una veces consciente y otras inconscientemente  hasta el salto hacia el todo, universo común  y Dios Universal.

Emiliojo

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