Cerramos ciclo, cerramos lo inventado para que nuestra psicología natural nos permita hacer borrón y cuenta nueva. El día 1 todos empezamos de nuevo algo que nunca finalizó, el continuo de la vida lo disfrazamos de años, hitos, metas volantes, números en forma de año, que nos ayuden a superar lo no digerido, lo no resuelto y lo no entendido.
Aún así, conociendo el paño, reflexionando sobre ello, desmenuzandolo y relativizando lo que no es importante y que no solo es truco sino que también es trato, siempre termino haciendo noche en el fin de año, tiro para atrás en busca de pellizcos que aún alguno de ellos doliendo gustan de sentir como gusta rascarte una ronchita que pica.
Masoquismo feliz, dolor inverso, arraigo emocional, diógenes sentimental, reproches en primera persona, tormentas de cinco de la mañana, dudas en serie de 48 temporadas vividas capítulo a capítulo, tormentos aceptados, pellizcos buscados que no son otra cosa que terapias de limpieza interna.
Ser feliz no es un contínuo pero si un estado, conformarse pese a todo, los problemas no están fuera están dentro, igual que las soluciones.
2014; suma 7, es par, un número redondo que no siginifica nada, la portada de un libro que no sabemos ni siquiera las hojas que tiene, ni siquiera si llegaremos a leerlo, porque lo que es escribirlo son palabras mayores no siempre asumidas. Puestos a elegir prefiero escribirlo a dibujarlo, y por supuesto que a leerlo.
Vivir, familia, amigos, Jesús entre nosotros, primera persona de singular, hedonismo, prójimo, evangelio en la mesilla, estudios lentos, irónico casero, un niño que se niega a madurar, aguador en el extranjero, crecimiento vital, buscarisas cómplices, hermandad de pros y contras, trabajo obsesivo, cartuchitos de pellizcos, deporte mental, terapeuta mal pagado con un cliente que no paga y no hace caso, uno mismo.
Una puerta virtual que abriré, que tiene color de esperanza y apesta a vida...
Emiliojo
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