Me gusta lo contradictorio, lo aún siendo claro, diáfano, directo y honesto, no deja de sorprenderme según el momento, la ocasión o la reflexión en forma de discurso.
Me gusta casar polos opuestos, lo antiestereotipo, el o la que te sorprende sin saber realmente por donde va a salir en cuestiones de opiniones, criterios, afiliaciones, sentimientos, conciencias o espiritualidades.
Evidentemente hablo de personas, que como ejemplo y por matizar la reflexión, puedan ser en todas o algunas de estas dicotomías; ateos y cofrades, republicanos y de derechas (en expaña), budista y punky, independentista y global, ireflexivo y medido, osado y prudente, católico e irrreverente, cult@ y frívol@, la izquierda conservadora, la derecha transgresora, gadita sin carnaval, caritativo y misericordioso sin Jesús, amable y malaje, amoroso con vértices, seriamente cachond@, fielmente desleales, cultos populares...
Cuidadin que no hablo de bipolaridad, hablo de criterio propio, escribo sobre capacidad y valentía, sobre reflexión en primera persona, sin miedos a contentar escuchantes que esperan de tí lo que ellos quieren de tí, personas que no temen sentirse fuera del grupo, que no permiten espirales del silencio ni dictaduras solapadas al sentimiento de pertenencia.
Son rara avis de una sociedad alienada y alienista, gente con luz, con una linterna con más lux que la estándar, que adosado a ese gen llevan incorporada la valentía como estandarte, puesto que aparte de incómodo y de vivir constantemente en terreno hostil, no asumen ni quieren adocenarse en una zona de confort impuesta o subyugadaceptada.
Me vienen a la mente personas con ese perfil no perfilado, y eso me gusta porque los tengo cerca bien por familiaridad, amistad o siendo totalmente desconocidos en lo personal por ser seguidor o aficionado a sus obras, tertulias o reflexiones públicas, con ell@s transformo mi piel con escamas en permeable y osmótica.
Poyasta
Emiliojo
No hay comentarios:
Publicar un comentario