jueves, 10 de septiembre de 2009

Mis vacaciones en Bielorrusia

Este año, Charo y yo hemos pasado nuestras vacaciones en Belarús, es el cuarto año que hacemos este maravilloso viaje con el corazón. Lo hacemos con un Grupo de Cádiz de 33 familias, aunque pueda parecer el típico viaje organizado tostón, nada que ver, cada uno vive su particular experiencia en familia, eso sí al final del día nos vemos todos en una Plaza que hay allí a la que le llaman (en tono ruso) “La Plaza de San Francisco”, donde compartimos las vivencias, anécdotas, aconsejamos y apoyamos a los nuevos compañeros solidarios.
Este viaje lo hacemos a través de una niña de 10 años, que nos robo el corazón y no nos lo quiere devolver, Arina. Cada familia acoge a un niño bielorruso por 45 días y le entrega su corazón, su vida y sus desvelos.
A lo largo del viaje realizamos distintas actividades todos juntos, las organiza un grupo de entidades que son; Vera-Cruz, Parroquia de San Lorenzo y Aguaores Blancos, a estos hay que unir unos auténticos “caballeros solidarios” que allí les llaman los Talibanes, sin duda que lo son pero de la Caridad, la Compasión y la Solidaridad, con su trabajo y sus desvelos hacen que a nadie le falte un perejil.
Estas vacaciones las disfrutamos en familia, es tan fácil vivir en familia, yo digo que son familias de dibujos animados, donde están representados los abuelos, padres, hermanos, primos, tíos, vecinos y amigos, la mía tiene en Charo Almagro hasta su madrina de acogida, este año incluso ya hay un sobrino de acogida, el bebito Pablito Iglesias.
Y todo esto sin coger un avión, reservar un hotel y solo tener que preparar una cosa, nuestro Corazón, solo se prepara una maleta la del niño Bielorruso que además siempre viene llena de regalos y amor.
Los fines de semana y alguna mañana vamos a una playa que le llaman de la Victoria, tendríais que verla, es la playa urbana más grande de Europa, otras familias van a una playita más coqueta, todavía no me sé el nombre pero creo que es la de la Caleta. Todos comen fruta, verduras, pescaito y por supuesto chuches que junto con el sol y nuestro cariño les llenan de salud, energía y felicidad para afrontar un largo invierno “radiactivo”.
Algunas familias, la de los niños mayores de 14 años, no han podido hacer el viaje con el corazón a la Rusia Blanca, por problemas de estado, política, visados y firmas, todo escrito adrede con minúscula por tener la importancia que le quieran dar las naciones y la política. Eso sí ellos han estado con nosotros desde el primer día hasta el último y eso no nos lo puede prohibir nadie. Un recuerdo para los que no vinieron en forma de besito, para Vitali, Andrei, Barys, Katsiaryna, Aliaksandr, Ihar, Sviatlana, Alena, Dzmitry, Aliaksandr, Anastasiya, Anzhelika y Katsiaryna.
Todo el Grupo de Cádiz, se convierte en una gran familia solidaria, donde te sientes y haces sentir la grandeza del Amor y de Dios.
Emilio J. González de la Muela
Asociación Aguaores Blancos

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