lunes, 13 de octubre de 2008

trecedeldiez

Tengo ansiedad, muchos frentes abiertos y todo por tratar, no tengo paciencia, mi mente no para de contarme, mandarme, recordarme, proponerme, generarme dudas, cosas que pueden pasar, que debería de hacer, que tengo que hacer, que debo recordar, delegar, llamar, proponer, exigir, solucionar, gestionar. Combinaciones de distintas opciones tomadas de problema en problema.
Mi mente va a estallar, aprieto los dientes, me duele la cabeza, tengo estrés, suspiro, estoy alterado, nervioso, no paro de oirme, quiero tratar los pensamientos como nubes que veo pasar, tratando de no fijarme en ninguno de los problemas que pasan por delante de mi mente. Pero mi pensamiento me puede, no deja de mostrarme asuntos, posibles problemas, quiere que sea un radiocasete reversible, paro analizo, corto cadena de pensamientos y vuelta a empezar, me he distraido y mi mente aprovecha para meter cuña. Me propongo salir de él, verlo desde fuera, yo no soy él, lo sé y el también, no estoy loco porque él soy yo, pero mi yo no es él, mi yo está en mi interior, desde el momento que soy capaz de observar mi pensamiento, me doy cuenta que mi yo es intimo y contiene como otras tantas cosas a mi pensamiento. Mi yo interior, aparece cuando busco el sentir mis pies, piernas, cuerpo, brazos, manos, está por encima de todo lo demás y en conexión con el universo, Dios está en mi interior, porque yo formo parte del todo y el todo es Dios.
La verdad y la realidad no es lo que pienso, lo que mi mente me muestra esta sujeto a experiencias, miedos, carencias, etc. La realidad no es ni buena ni mala, yo soy con mis prejuicios el que la hace buena o mala. Por lo tanto no voy a escucharme tanto, no voy a hacerle caso a mi mente, voy a buscar mi yo interior, sentiré mi respiración y me centraré en ella.
Empiezo a sentir paz, a estar tranquilo, ya mi mente no me rapea, la oigo pero no la escucho, trato de estar presente, centrarme en lo que hago en este momento, da igual lo que haga, todo es importante en mi presente, lavar los platos, escribir en mi blogs, ducharme, cortarme las uñas, leer, conducir, mi presente es lo que importa, así de fácil de decir, pero como me distraiga o me deje llevar ya estamos de nuevo, así que vuelvo al control, mi respiración y a través de ella a mi presente, a mi ahora.
Poyasta
Emiliojo

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