jueves, 16 de octubre de 2008

Poner en duda los procesos intelectuales...

Oye ¿porque no me enseñas a cocinar el redondo de carne que hace mamá?
Vente a casa mañana y lo vemos.
Extiendes la carne, pones encima el relleno, la enrollas, la atas y finalmente le das un corte de un centímetro aproximado en cada extremo, la metes en la cazuela y gowowi gowogua…
Oye y lo del corte en cada lado ¿paqué?
Pues la verdad es que no lo sé, pero mamá cuando me enseño lo hacia así y así lo hago yo, la verdad es que nunca la pregunté.
Ah bueno pos vale…
Al día siguiente
Hola mami ¿que tal como estás?, asquí vengo a darte una güertejita
Oye a propósito ayer estuve con Mari, y me estuvo explicando como cocinar el redondo de carne que tu le enseñaste…
¿Y que tal?
Muy bien, pero tengo una duda, justo antes de introducir el redondo de carne en la cazuela, le pega dos cortes con un cuchillo, uno a cada extremo. ¿paqué? ¿paque coja mas sabor?¿es un truco especial?
Que va hijo, yo le doy dos cortes, uno a cada extremo, porque la cazuela que tengo es mas pequeña y sino no cabe el redondo de carne…

Relato a través del cual utilizando un sketch de la vida cotidiana, argumentamos el estado mental que debe mantener un profesional, lo extrapolamos al mundo empresarial y demostramos que si no ponemos en duda constante los procesos intelectuales y rutinas en el día a día laboral, podremos estar actuando y realizando procesos absurdos, que ocasionan perdidas de tiempo, económicas o en el mejor de los casos actuamos como un chimpancé, limitándonos a imitar técnicas o métodos obsoletos, acorde a otros tiempos, tecnología, formación y si me apuras era industrial…
Emiliojo

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