El autoconocimiento, el autoconcepto, la autoestima y el autorespeto, es la llave, y la vida el camino. Los ojos abiertos como los de un niño, la actitud. El sentimiento el de un perro hacia su compañero humano, de un abuelo al nieto, o de una madre a su hijo, amor incondicional.
La compasión y el conocimiento con plena consciencia, se enriquece hasta florecer en sabiduría. Y te conviertes en sal y luz, para ti, y para el prójimo.
Agradecido y bendecido, inspirado por el Espíritu Santo, la mano de Dios en mi hombro, sentirse sentido por Dios, y el ejemplo de vida de Jesús de Nazaret, el hijo de Dios, como Nos.
Emiliojo
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