lunes, 15 de agosto de 2022

El fútbol y el mar.

En el coche, hoy domingo pal olivillo a urgencias, Charo pisó una piedra en la playa, cuerpo extraño, signos inflamación y pie hinchado, refiere dolor en zona y cojea por sintomatología.
Salimos del garaje, de paseo a avenida, gente por la calle, aficionados listados de azul y blanco, ya en previa de partido de esta tarde contra el siempre potente Cádiz.
Me dice, ¿de dónde es el Osasuna? Digo, de Pamplona, pero son de la Real. Ella que Real el Madrid, digo no, Real Sociedad. Ella de nuevo, ¿y de dónde son? Yo, de San Sebastián.
El fútbol en los genes. Lo que viene siendo, completamente ni puta idea.
Risas, cómplices, inevitables, espontáneas y cariñosas.
A todo esto el médico, que ya se le olvidó el juramento hipocrático, que no que no hay nada y que se aplique frío, menos interés que Paquirrín por la física cuántica y la epigenética.
Del camino de ida y de vuelta, campo del sur- Alameda- plaza España, ahora cuento, porque con to no pueo…

Solución: Las altas temperaturas convierten el mar de Cádiz, en puchero, atrayendo con ello a especies no frecuentes por el atlántico, medusa y pez araña. El médico ni sabía, ni quería, debiendo haber indicado baños de agua caliente en el pie, todo lo contrario de lo que envío, agua fría. Se la echaba yo en los... fuera.

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