jueves, 19 de marzo de 2015

Mi víspera

Mi víspera ya huele a semana grande, sí, a parece que es la hora, a niño mirando un montaje, a joven mirando a la madre.
Mi víspera ya huele a túnica sagrada, a hábito recién planchado, a clavel y lirio de novio cirineo,  a luces de guardabrisa, a cera caliente, a la calle llena de gente.
Mi víspera ya huele a recuerdo de hermano ausente, a compañero cirineo empujando como un santo, a aguaor cirineo de cirineos, a dame el primero que me muero.
Mi víspera ya huele a himno del Amor, a marcha de Esperanza  San José con Plaza Mina, a petalada divina, a Charo ven a verme a la Salida.
Mi víspera huele a Grupo Joven en las nubes, a jóvenes con insomnio de ilusión, a cara sonriente na más que de pensarlo, a mirar el tiempo con anhelo y con desvelo, a Grupo Joven en el cielo.
Mi víspera ya huele a San Francisco a media tarde, a azahar floreciente, a San Francisco con Tinte llena gente, a recogía incomprendía, a corneta y a paso tambor, a banda de música pregonando mi alegría.
Mi víspera ya huele a emoción contenida, a los míos en el disco duro de mi corazón, a un franciscano de 4 añitos que acompañaba a su padre manigueta del Amor.
Mi víspera tiembla por la apertura de esa puerta con dintel, al rumor de lo que esperan al amor, a la caricia de una tarde de sol con antifaz y hábito, a varilla que no quiero y a cántaro que espero.
Mi víspera ya huele a ojos que se entienden con antifaz, a eucaristía de la salida, a vellito de punta, a nudo en la garganta, a pies descalzos de Esperanza.
Mi víspera ya huele a cuarenta y cinco años sumados uno a uno de nazareno por seguirte, por portarte, por acolitarte, por saciarte de agua, por rezarte, por mirarte al compás de un mecio marinero.
Mi víspera ya huele a que llegue pero que no llegue, a que se pare el tiempo, a que pase pronto, a  no poder expresar lo que siento, a claustro de nervios que reviento.
Mi víspera ya huele a emoción contenida, a mil recuerdos que ahogan, a dolor bonito, a alegría sentida, a devoción inoculada siendo un embrión, a familia, patrimonio, creencia, infancia, espiritualidad y devoción
Mi víspera ya huele a marcha nocturna con candelería prendida, a sencillez de hábito blanco con mecio, a plenitud reconciliadora, a hasta el año que viene Dios de mi vida que no falte.
Mi víspera ya huele a este año mis papás en la misa de salida, a cuantas veces la has visto, a Martes Santo con media sonrisa, a que mi penitencia fue no ir a tu vera, a pierna que ya no me deja, a merece la pena.
Mi víspera ya huele a lunes, al más santo, a papá cargando al padre, a mamá de penitencia con la madre, con ella pa entre cuatro Magdalenas curar su pena.
Mi víspera ya huele a mi infancia, a mi vida contada en 49 días, a lunes santo de mi alma.

Emiliojo

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