De cinco a siente la pena busca,
miedos y culpabilidades duermen la siesta,
para tener insomnio que rebusca.
Cansancio de edad cincuentenaria,
todas las noche sale
de procesión extraordinaria.
Una lágrima consulta el tiempo,
llora sin tormenta, surfeando mi cara,
a ver si cambia el viento.
De un día pa otro, el amor,
como si fuera arroz con leche,
a mí me sabe mejor.
Olvídame, hasta luego,
déjame en paz,
ismo de ego, céntrismo de ego.
Tu anuncia tu tormento
que yo anunciaré el mío,
nada sabe lo mismo
sin haber sido vencido.
Emiliojo
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