viernes, 10 de octubre de 2014

Santa Teresa de Alcorcón.

Teresa se apuntó, voluntaria en su barrio, en su ciudad, en nuestro país, voluntaria con más inquietudes que exigencias en cuanto a la formación específica recibida, tirar palante, ayudar al prójimo, más ovarios que una loca, cooperante con pase pernocta.
¿Qué le dijo ese día a su marido mientras comía?, ¿se lo comentó a excalibur?, durmió a pierna suelta seguro, se sintió responsable y comprometida con su vida y la del prójimo, creando indivisiblemente un Dios o un todo según conciencia.
Ese pellizco se tiene o no se tiene, no te hace mejor que nadie, pero el que la lleva la entiende, la felicidad está en los demás, en depósito, solo tienes que ir a recogerla.
Se pintó la cara color Esperanza, Sierra Leona en Alcorcón, viaje en bus a la muerte, llamada al 112 grabada para vergüenza del consejero bocazas comido y bebido, traje nivel 2 con enfermos nivel 4, cortos de mangas y largos de cara, moribundos a turnos, semilla inoculada a una inmaculada.
Qué pudo hacer que no hizo y que hizo que no debió hacer, víctima es su única y dolorosa condena, ella le pone cara y vida a la sinrazón de un plan que con el desahogo propio de esta caterba, que ahora corrigen a toda prisa sin sonrojarse ni padentro.
Culpable de amor, culpable de débil, culpable de vocación, culpable de servicio, culpable de lavarle los pies al próximo, culpable condenada a muerte. Chivo expiatorio de un mamón.
Su noticia va antes del fútbol y después de las tarjetas black de los mismos que aplican su protocolo de muerte. Protocolo de quirófano de playmobil, país de bocazas partitocratas, de vamos a llevarnos bien, vamos a llevarnos lo que haya que llevarse. Vete a tu centro de salud que ahora debe estar hasta la colcha y que te vea un médico de familia tan victima como tú, porque no has llegado al 38,6 según pone asquí.
Dimitir no es un nombre ruso, es el último acto responsable del que tiene vergüenza y responsabilidad.
Asco eterno, vomitivo escucharles, leerles, verles, corregirse con la boca chica, vender su verbo demagógico con carácter retroactivo, amparándose unos a otros, taparse la boca connivente y esperar que pase algo que desvíe la atención que las elecciones son el año que viene.
Dios te salve María...

Emiliojo

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