martes, 1 de abril de 2014

Tengo inflación en los tipos bajos

De Guindos, el desgobierno y sus primos de la CEE, se atreven a contarnos a estas alturas del partido que les preocupa la bajada de precios continua en Expaña, con la consiguiente deflación y su afectación a la deuda pública.
Mira picha si te preocupa la deflación y la deuda pública, te va a empezar a preocupar la inflación de los tipos bajos que no son otra cosa que mis santos cojones, o lo que es lo mismo mi hermano esteban y sus dos aproximaciones.
Soez e irreverente, sí lo se pero ya está bien de tratarnos como kleenex para usar, recaudar y tirar, y así poder mantener su Estado y su partitocracia amparada por bomberos que no se pisan la manguera, sabiendo que la política no es otra cosa que un ciclo en el que hoy por ti y mañana por mí.
La reforma del estado no llega y cuando llega, lo hace a escupitajos con medidas intervencionistas, fiscalizadoras y recaudatorias, no aportan una medida vinculada a otra, y cuando se suben a un estrado lanzan mensajes propios de vendedores de coches, donde la letra pequeña desmenuza e inutiliza su realidad inoperante, sus mentiras demagógicas y su desconocimiento absoluto sobre la realidad de la calle; empresarios, autónomos, trabajadores, asalariados, asesores laborales, funcionarios y usuarios finales que viven en el alambre y hacen malabarismo en el circo de un país de enanos mentales y mujeres barbudas.
Asquito de partitocracia, donde el Estado prima sobre el ciudadano, la deuda pública no es más importante que la privada, la administración del estado no prima sobre la de las familias y sus derechos como ciudadanos, pepeianos y psoistas amparados en una gran mentira llamada constitución, a la que recurren cuando pintan calvas o tienen caca.
Como no espabilen, el estado de derecho se va a revolver y ya no valdrá lo políticamente correcto, la polícía se volverá contra sus responsables públicos, y ya solo habrá llanto y rechinar de dientes.
No hablo de violentos y agitadores bolivarianos, que aprovechan una manifestación democrática de la ciudadanía harta de coles, para linchar trabajadores vestidos de policías y camareros, quemando bienes privados y públicos. Pienso en abuelos con tres generaciones colgadas de su pensión manoseada, jóvenes con dos carreras, autónomos asfixiados, funcionarios robados, desahuciados, trabajadores reventados, contribuyentes esquilmados, comerciantes tocados y hundidos, engañados por la banca, que claman al cielo porque lo siguiente es la guerra...

Poyasta

Emiliojo

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