viernes, 26 de abril de 2013

No hijo no!!!

No creo que el saboteo y el vandalismo; quemando, destrozando, rompiendo y reventando los inmuebles y estructuras públicas, solucione nada. Romper lo público es romper lo propio. Quién dice, como estoy en paro o tengo problemas laborales, de integración o de lo que sea, quemo mi casa, mi coche o mi colchón, nadie, porque después del humo solo quedará más miseria. Y si no lo hago con lo que siento mío, no lo hago con lo que es de todos, con lo comunitario, porque es de todos y mañana lo necesitamos todos; empresas, trabajadores, servicios públicos, ambulancias, usuarios miles con miles de causas, etc., entre otras cosas porque lo pagaremos entre todos con nuestros impuestos y mañana seremos más pobres si cabe.
Manifestarse, protestar, reivindicar no es un derecho es un deber, la ciudadanía debe no solo votar, no hay que esperar 4 años, la desesperanza genera verdad y posicionamientos valientes, pero nunca justifica atentar contra personas o bienes comunitarios.
Reventar el puente Carranza solo trae miseria, acorralar a un político con su hijo en su casa, te hace perder la razón, la perdida de las formas resta en el fondo y en los argumentos.
El cambio debe venir desde el individuo, desde lo particular a lo global, la conciencia y las actitudes, deben hacerse permeables y virales, saltando y contaminando mentes y corazones. La violencia solo genera violencia.
Ahora, si la casta política; alcaldes, presidentes de diputaciones, autonomías, gobierno del estado, la oposición, de una vez por todas no cogen el toro por los cuernos y reforman la administración pública, adelgazando o eliminando ayuntamientos, diputaciones, mancomunidades, autonomías, ministerios, estado, empresas públicas, subvenciones de partidos políticos, sindicatos, confederaciones, religiones, empleados públicos por la gracia de un carnet o un linaje y todo lo que suene a mamandurria.
Si la sensación de inseguridad jurídica y de injusticia cala en la ciudadanía, y persisten en aplicar la ley según seas un torero, una tonadillera, un infante consorte o una infanta de naranja.
Si en Francia por terrorismo pueden aplicar una cadena perpetua, revisable solo a los 22 años de condena siendo la causa juzgada la mitad de la mitad de lo que se juzga aquí, y aquí aplican por más daño condenas de risa, aliviadas por hacer punto, estudiar o tener pupa.
Si matan a tu hija, no aparece el cadáver, le cuesta su búsqueda al Estado millones de euros, y en la cárcel hay uno de cuatro, y más pronto que tarde nos diran que por benefícios penitenciarios, el niñato asesino está en la calle.
A ver quien es el guapo que dice, no hijo no...
La insumisión está en la calle, el "un carajo pa tí", el "poner pie en pared", el "hasta aquí llegó el agua", reventará el sistema y después vendrá el lamentar y el abogar por la democracia y la madre que los parió.
Poyasta

Emiliojo

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