Cuando la tarde se desvanece y se hace horizonte, mi atalaya y mi paseo meditado se hace sol de poniente. Mi niño Interior se pone el bañador de licra y busca con la mirada al hermano, suspira por lo que acontece y por que no acabe el verano. Cuando la tarde evoca mi esencia, se hace patria y echa de menos al hermano…
No hay comentarios:
Publicar un comentario