jueves, 21 de abril de 2022

Hoy miro al cielo

Hoy miro al cielo, por una amiga que ya descansa en el Reino de Dios. Dignidad, entereza, ejemplo, fortaleza, ternura, resiliencia, familia, honestidad brutal, y mucha bondad...
Cantar, pensar, evocar, es también rezar.
Leyendo el evangelio del día 20 de abril, me trae la palabra según San Lucas (24,13-35) y su comentario.
La experiencia del Resucitado es racionalmente irracional. La intuición de que Dios se nos hace presente en una persona, una predicación, una lectura o una conversación. (Moreno 2021)
“Nos ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino”, intuición del corazón, emoción que diría yo, de escuchar o leer la palabra del Jesús divinamente humano.
Y muy en la línea de la reflexión del autor, que me encanta y la hago propia, me permite evocar el haber percibido y sentido a Jesús de Nazaret, en mi prójimo, en mi amiga Susana, ejemplo de mujer, persona, madre, amiga, bondad y respeto por la vida y su sentido.
Sin ser de su núcleo duro, nuestra amistad forjada desde la juventud por el nexo de unión entre ella su esposo Palén, y Charo y yo, por nuestros hermanos de vida común Kike y Charo. Y por las esquinas y caminos que sin esperarlo pero con todo el sentido divino de la providencia que nos prepara el Señor. Nos permitió en los últimos tiempos compartir un momento solidario con refugiados del estrecho y su bienestar en forma de ropa y abrigo para su vida y duro camino.
Y más si cabe, con la noticia del inicio incipiente de su destino vital no querido pero asumido, coincidente con la pandemia, y a posteriori con mi contagio covid sin vacuna con inmunodepresión, aislamiento radical en una habitación 30 días, noches de pánico, días de miedo, y sufrimientos por mi entorno. Apareciste tú con una sonrisa eterna, telefónica, palabras vitaminas de cariño, sanadoras, entereza sin decir pero ser, desnudando mis temores, agravio comparativo y realidad de vivencia y carga de mochilas, gravedad y curso. En el que aún hoy afectado y con necesidad de acompañamiento psicológico, solo con amor, respeto, naturalidad y don natural, me acogiste, despertaste, te hiciste presente, y tan mano cómo hija de Dios. Instrumento divino que me desduda de la existencia de Dios, y de la luz que Jesús nos mostró y dejó para que su Reino, no solo se viviera en el cielo donde sé que estás, sino también en la tierra, dónde nuestro prójimo se convierte en Nazarena de Esperanza y Amor.

Reza por nosotros, que yo sigo rezando por ti y tu familia.

Moreno, A. (2021). Evangelio Popular 2022. PPC, Editorial y Distribuidora, SA.

Emiliojo

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