viernes, 4 de febrero de 2022

Ciclo vital. Del polvo a la paja.

Estamos en esa edad en que pasan cosas que tienen que pasar, por puro ciclo vital y aplicación estadística.
De igual manera, que nos escolarizaron a los 5 años, mi generación hizo la comunión con 7 años, saltamos de San Felipe de Cádiz a San Felipe Extramuros con 10, primera puesta de largo pues, del Cádiz pueblo al Cádiz Ciudad.
Recibimos a las primeras chicas en la misma clase con 15 años, las mamachicho eran las de las esclavas y las de salesianas las hermanas. Nos confirmaron con 16 años mismo año que nos convertimos en hermanos cirineos, descubrimos la libertad con 18 años. Tuvimos novias que se iban para casa antes que nosotros. Fuimos los primeros que estrenaban la mayoría de edad con potestad para votar por primera vez y a la vez.
Los penaltis eran estadísticamente del 1 por ciento, el ciento quería decir por pandilla. Matrimonios por cojones, bendecidos por un hijo fruto del amor y el ardor, que planteaban un cambio radical de vida.
Identidades here-dadas o hipotecadas, pero pocas maduradas. 
Estudios univesitarios o de Segunda B, mejor dicho de FP. O ibas pa ministro o pa fontanero, no había inteligencias múltiples ni inteligencia exitosa, el que no sepa que es esto que lea y se deje de otras cosas.
Milis de voluntario, de dos años, de marina o infantería, de reemplazo o enchufazo, la mejor la de los pies planos.
Primer trabajo sin ser el que era ni se espera, que curtía como lo hace un invierno al jamón, y que te preparaba para el según tú el mejor.
Bodas veinteañeras, dónde los padres tenían más amigos en la celebración que los contrayentes. Hijos que aportaban frutos al amor o que aportaban ciclos de obligado cumplimiento, que bien servían como patada a seguir en lo que ya no había, o reactivaba lo que si existía.
Amores que matan a los treinta o cuarenta, con hijos adolescentes por medio, generaban los primeros "separtados" o divorciados sin pecado de muerte. Que se convertirían hasta los cincuentañeros en traspasos, como si de locales en alquiler se tratasen, donde nada es perfecto pero te adaptas y lo acomodas, y te conformas dejando el cuarto baño como está, y dándole una manita de pintura al resto como lavao de cara, símil agraciado con el amor despechado.
Ya en los cincuenta, el mundo ha cambiado tanto, que por mucho que quiera comprendo a mi padre más que nunca. No te digo a ná que no, pero también te digo que no por lo menos yo. Y que mi circulo adrede y otras veces sin querer se convierten en un circulo selectivo, cortito y al pie, dónde controlo, quiero mucho y sufro poco, interacción selectiva fruto de la experticia social y la sabiduría popular.
Papá ha muerto siendo tu su padre, o vive siendo él tu hijo, inclusivo con mamá. Sufrimiento de generación longeva los progenitores, y generación sandwiches nosotros que somos padres de nuestros hijos y de nuestros padres.
Del patriarcado, el franquismo, nadando en transición, democracia ilusión, al sistema desilusión, bluf político fake, la posverdad consentida, el feminismo que hace lo que le hicieron, el criterio de un tertuliano de reality show, la incultura de no leer, la dopamina en vena por lo inmediato, el elle y el malgasto de la riqueza del lenguaje de los ellos, ellas y elles. El sectarismo y la piel fina pa lo mío, donde hasta pa contar un chiste hay que medir como si de un discurso protocolario o un pregón se tratase.
Época vergüenza, nombre de chirigota, que lejos de leer el pasado con prospectiva, si no sabes lo que es, lee y analiza con perspectiva. Donde los "puntos ciegos", se entienden no como fascismo, comunismo, micromachismo o autoritarismo, si no como cultura de una época, que estamos condenados a sufrir como todas las culturas o épocas históricas, donde lo que pasa es solo eso una cultura de sociedad, que no es sino tan solo vive en ella, y dentro de su formación y modus lo admite y entiende como propio sin ponerlo en duda, no por maldad sino por momento histórico. Solo hay que tener un poco de visión de futuro y criterio, para entender que en tres o cuatro generaciones, se asombrarán igualmente de lo que hacemos o dejamos de hacer en cosas que nadie ni los más progres del lugar son capaces de caer y que llegado su tiempo serán normalidad o anormal y tal.
Todo esto hasta llegar al tiempo actual, digamos que hoy, donde ya tengo amigues prejubilados, que con un know-how y una sabiduría de vida, pasan a mejor vida laboral, con la consiguiente ganancia en libertad, y pérdida en desarrollo profesional sobre todo para nuestra sociedad falta de talento y capacidad.
Lo siguiente será esto último llevarlo al promedio estadístico de significativo, y que tu entorno sea de pre los últimos en llegar y jubilados la gran mayoría, pese al retraso propuesto en lugar de darnos una mochila austriaca que complemente la dignidad de no morir con las botas puestas salvo decisión legionaria o personal.
Y lo siguiente de verdad, no lo quiero ni de pensar, aunque lo acepto y entiendo, acojo y hago mío, porque no hay vida sin muerte, ni crecimiento sin ciclo. Y si vengo del polvo a ello voy. Mi impermanencia, la soporta mi ego con un sentimiento oceánico aprendido, y el mal de muchos consuelos de tontos asumido.
Salud y bienestar, y en la esquinita te espero, que no es que te vaya a pegar, sino que te espero en el bar... el mío que es de confiar.

Emiliojo



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