Soñé que soñaba y no es ni era poesía, es un sueño de segunda hora, de noche sin despertador por un día de Andasulía.
Soñé que soñaba y me despertaba, en el sueño una pesadilla pasaba, y a la mañana del sueño en el que soñaba que una pesadilla ocurría, me alegraba que solo fuera un sueño lo que transcurría. El nuevo despertar ya real me decía, que solo sueño era soñar mientras soñaba, y que mi mente casi dejaba de ser mía.
Es real y lo escribo en la mañana para saber que, no solo sé que sueño cuando estoy soñando, sino que soy capaz de saber soñando que sueño mientras tengo un sueño en mi ensueño.
La ocurrencia del subconsciente de imitarme, para decirme que lo que yo piense es tontería, dejar sacar fuera lo que por miedo reprimía, y si bajo la guardia y me quito el velo del personaje, lo que hubiera dentro saldría, como terapia y así mi ego se desvanecería.
Emiliojo
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