Las redes tienen como todo en la vida, su parte amable; cercanía, asincronía, inmediatez, agilidad, funcionalidad. Pero también su cara b, no hay tono de voz, no hay conocimiento personal, la interpretación está sujeta a los estreses y el momento de cada cual, no hay cara a la que mirar e interpretar conjuntamente con la voz, si no se gestiona con pausa y proceso de la información recibida origina un proceso de inmediatez en las respuestas que no ocurre en la vida presencial donde todos generalmente somos más cautos y prudentes. Por darle un matiz científico y quitarle hierro, la amígdala nos secuestra y actúa conforme para lo que está programada, controlar y ponernos en situación de alerta con todo aquello que estima que interfiere o siente como una agresión.
Con todo esto, dicen que lo que no mata enriquece; y en ello estamos, programados como seres analógicos, sociales y emocionalmente necesitados de observar que no ver, escuchar que no oir, tocar y oler, debemos responder con inteligencia emocional lo que acontece en la inteligencia artificial.
Salud.
Emiliojo
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