sábado, 15 de julio de 2017

Cumpleaños sin mi Rey - Papá.

Hoy no sonó el despertador, sonó la voz de papá, me felicitó en mi sueño, me llamó a pie de cama, abrió la puerta sonrió con la timidez prudente que siempre hacia y me dio un beso. Traía un cuarto de jamón que dejó en la cocina, me dijo que era para Charo, y que le hiciera un bocadillo para la playa.
Sonó en mi corazón, sonó en lo más hondo de mi alma, en la que solo entra mi ángel de la guarda. Un dios terrenal, un padre divino, un rey mundano, un maestro de vida y de respeto, herencia de gente de bien, de hombres honestos y trabajadores, de señores norteños con albarcas de pueblo vaquero y misa de Domingo temprano. 
Sus ojos, ay sus ojos, tristeza complacida, alegría contenida, plenitud en la fe, penita alegre, lagrimita rebosante de ojos con nueva vida consciente, con luz propia y con vuelta al estar presente. 
Me dijo que siguiera, que no cejara, que perseverara que la vida continua, y que su gloria es la mía, que cuide de mamá, del hermano y de la Charo, que el vela y cuida como abuela en duermevela por nosotros. 
Un primer año sin verte, sin tu felicitación, sin tus manos, sin tu cara picarona en la broma socarrona, sin bebete esa copita que te voy a echar otra, un poquito de jamón cortado por tus manos de maestro jamonero, un poquito de pan y otra manzanilla fresquita. Por tí será mi primer sorbo, mi primer brindis, mi primer recuerdo, mi primera oración del día, mi primera lágrima y mi último suspiro consciente del día.
No te olvido, rezo por tí y te siento tan cerca como cuando me llevabas de la mano, calle Cervantes abajo y San Francisco arriba, tan cerca como los días de San José, del Carmen y de mi vida...

Gracias por seguir junto a mí, rey mío, te adoro.

Emi

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