Todos los años
sin llevar la cuenta desde que ocurrió, cuando llega me pellizca, cuando ocurre
como la epifanía de la paz, me conmueve y me rememora unos días de vacaciones
con la Charo hace 20 años en Conil haciendo el verano.
Fueron
días de movimiento social sin ideología pero con identidad, fueron días que
cambiaron la espiral de silencio por denuncia, el miedo por reivindicación y la
individualidad por sentimiento de comunidad.
En la
playa victoria, había gestos de todos a las 12 en la orilla exigiendo su
liberación, manifestaciones de manos blancas de niños a ancianos,
concentraciones nocturnas, oraciones comunitarias, colaboración absoluta con
las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, policías vascos sin pasamontañas
y abrazados, repudio de los vascos sin miedo al miedo, gritos de no son vascos
son asesinos.
Su
asesinato, su crucifixión de tiro en la nuca de espaldas, de rodillas y con las
manos atadas, cambió nuestras vidas, su muerte fue redentora, su muerte
resucitó nuestra paz y nuestra fe como País.
En
Julio igual que llega San Fermín, llega su efemérides, un símbolo del
despertar, un hasta aquí llegó el agua, un héroe sin querer, uno de los
nuestros concejal de un pueblo vasco, cuando para serlo había que tener dos
cojones y vocación de servicio hacia la comunidad, sin escolta y amenazado de
muerte 24 y 7 al Mes.
Pero no
hubo piedad, no hubo marcha atrás, la amenaza se consumó, y los cobardes
armados lo mataron, una tarde de verano en un bosque lo consumaron. Malditos
hijos de puta, asesinos mercenarios, indigentes emocionales, analfabetos
espirituales, valientes 0.0, armados de desesperanza.
Y en
ese rememorar, cuando no solo queda un recuerdo agridulce, sino la herencia de
una paz consolidada y el compromiso mayoritario, tenemos que escuchar a los
adolescentes intelectuales, egocentristas ideológicos, políticos de manual
demagogo con foto, alcaldes y alcaldesas (por una vez imitaré sus pamplinas
sectaria lingüisticas para que no se escape ningun@), como Carmena la
pancartera mayor de la corte, que reprocha a la hermana de Miguel Ángel su
petición pública a su segunda persona del singular, solicitándole públicamente
que colgara como ha hecho en otras tantas ocasiones el mural con la foto de
Miguel Ángel en la fachada del ayuntamiento, bien por Marimar Blanco.
Y como
no, el gran Kichi, que después de hacer el papel en la puerta de la casa de
todos los gaditanos, atendiendo al briefing de partido se permite decir que el
acto no solo es por en memoria de Miguel Angel Blanco, sino también en memoria
de los muertos del franquismo, con dos cojones y mu poca vergüenza.
Emiliojo
No hay comentarios:
Publicar un comentario