domingo, 12 de marzo de 2017

Empatía de Dios. Gracias por ser estando.

Compartir la carga, ayudar, sentir los sentimientos del próximo, empatizar hasta el tuétano con el prójimo, no he sabido hacer otra cosa en la vida que empatizar aún cuando el concepto era más un hecho sin nombre que un palabro psicológico.
Y llega ese momento en la vida en que tu eres el prójimo, el caminante sin camino, el dolor sin luz, el embargado por deudas de pena, el insolvente emocional que respira a duras penas, y miras para el lado y encuentra a Jesucristo con cara de amigo, de hermano, de familiar, de Charo...
Compartir la palabra, compresión no verbal lenguaje divino, terapia de mano, psicoterapia de brazo en el hombro, compasión abrazada, ojos que se hablan en silencio, cercanía con presencia permeable que grita en silencio fuerte, !aquí me tienes para lo que necesites!. Sentirte acompañado con sombras de tu alma, con cara de amigo, hermano, esposa, familia. Leer en la cara del prójimo tu dolor tal como lo sientes, tener en quien reposar la cabeza, sentir un hombro donde dejar tus lágrimas, llevar un pesar a ratos entre dos, cada uno por un asa, mochila fraterna con Jesús de brújula.
Cercanos, lejanos, amigos, familiares, hermanos, próximos, conocidos, hermanos en xto., queribles y no tanto, compañeros de vida o de capítulos, paisanos de edad, caminantes del escuadrón solidario, contertulios de la locura, sentimientos con patas, libros abiertos, parábolas vivientes, servidores de la misericordia, bajancias, amigachos, compadres, permeables, gente con alma que te da, que te aporta, que incluso te sorprende con pellizcos de pan para el alma, coincidencias no esperadas, enemigos hermanos, adversarios de tu consecuencia, carruseles de Dios, todos somos uno, todos somos Dios, todos somos el Reino escuchando tu canción.
Bálsamos de la consciencia, muletas rehabilitadoras, sensibilidad con manos y ojos, recibir ayuda con el ejemplo, con la palabra compartida, con vivencias en plenitud, con el espejo de la mochila del próximo que alivia nuestra carga, tendiendo la mano con parábolas como hizo Él, como hizo el Jesús del Amor y la Esperanza.


Emiliojo

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