martes, 1 de diciembre de 2015

La ley de dependencia, terrorismo de estado.

La ley de dependencia es mentira, una farsa, un boletín con letra pequeña similar a los préstamos y productos tóxicos de la banca.
Me da igual que estén transferidas a los gobiernos autónomos, un derecho vital para la ciudadanía que el gobierno ppsoe, manosea, tergiversa, interpreta, recorta y lo más asqueroso utiliza en campaña electoral o cuando están en la oposición, para así conseguir votos.
No solo no velan por los que lo han dado todo y ya no se tienen ni a sí mismos, nuestros mayores, sino que los engañan y los deja tirados por desuso.
Una persona mayor que no tenga recursos económicos, está muerta. Un enfermo de alzheimer que no tenga un hijo, está muerto. Una viuda que esté sola, está muerta. Un anciano enfermo que no cuide nadie de él, está muerto. Un demente que no tenga un hermano, está muerto. Una persona que cognitiva y conductualmente no se valga por si misma, está muerta. Un enfermo sin familia o amigos, está muerto. Un nadie está muerto.
Cuando tengas necesidad por edad, enfermedad o ambas cosas, nadie, ningún estamento velará por tí, estarás mejor muerto. Ellos dilatarán el proceso para que el tiempo arregle las demandas no atendidas. La muerte es la única solución. La bandeja más usada por la administración, es una que tiene una etiqueta que pone: esperar a que muera.
Los funcionarios de la administración, profesionales sanitarios y trabajadores sociales, te darán la razón a titulo personal; "llevas razón, pero es lo que hay"; "yo también estoy en la misma situación, te comprendo perfectamente"; "es cierto, es una gran mentira, pero no puedo hacer nada", "ya, pero los recortes"... He decidido, cortar de raíz ese mensaje victimista, cobarde y poco comprometido de la primera línea del sistema que atiende a la ciudadanía, desde hace meses le callo la boca al que trata de hacerlo, mi respuesta es, no me des la razón en lo personal, no la necesito, estoy harto de esa respuesta cobarde, necesito soluciones, necesito que montes un expediente denunciando e informando de los problemas que te presentan día a día y que te han convertido en el cajero de un banco.
Estoy agotado de pelear, reclamar, alegar, registrar recursos, desesperar con listas de espera, visitar oficinas municipales, autonómicas, consejerías, departamentos, que me piden lo que ellos mismo han emitido en forma de baremo, pensión, informes médicos, resolución, etc. Son unos trileros, que te hacen perder el tiempo y volver mañana, registran un recurso que contestan en cuatro meses, diciendo que tienen tres meses para contestar, y que finalmente o no contestan o no atienden a sus propios plazos, informándote finalmente que si no recibes respuesta, es que no.
Si no tienes estas muerto, y si algo tienes solo miran tus ingresos, no miran ni permiten que justifiques los gastos que te genera el día a día de tu situación para no tener que contemplarlos y así hacerte pagar o denegarte una ayuda, prestación, medio (cama articulada, grúa, adecuación del baño), ayuda a domicilio, servicio sociosanitario (geriátrico, centro de día) o lo que suponga un gasto para sus presupuestos.
Estoy cansado, desesperado, triste, al borde del abismo, la pena me ahoga, emocionalmente roto, no puedo más, pero mi amor de hijo y el respeto por mis padres es mi única motivación. Rezo todos los días a Dios por darme luz, fuerza y abrirme esta ventana que me enseña a no ser más egoísta de lo que soy, por enseñarme el dolor y la pena para aprender a ser compasivo y empático con el prójimo. Rezo todos los días a Dios y a mi Santísima madre de la Esperanza por aquellas personas que no tienen un Emi en su vida.

No os votaré nunca más en mi vida, lo juro por mis muertos.

Emilio

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