Hoy es día de tu santo, ángelito de nombre Inmaculada, mi ángel de la guarda, mi amiguita con sonrisa de luz, con ojitos tan tristes como dulces, divertida y lokita.
Veintitrés, suma y sigue, el número cabrón que suma tu ausencia, que duele y enturbia tu día y el de todas las Inmas de mi mundo.
Tu memoria, tu luz, tu magia y tu sonrisa viven en los que te queremos, y rezamos por tí y a tí, a diario junto a nuestros amigos y familiares que están unidos a tu eternidad.
Creyente enfadado, que no preguntó por esperar que tuviera sentido, que no llora porque aquel día lo lloró todo hasta perder el sentido, que cuando mira a los que estaban, encuentra ese pellizco de pena que no se habla pero que une, que no se llora pero se ora, que no se maldice pero se dice, que no te ve pero te siente.
Dios y Jesús el de la mano tendida, te necesitaban Inmaculada, y yo me perdí una amiga de camino de vida, de madurez, de hijos o no, de idas y venidas de la vida pero de amor fraterno de hermanos de infancia.
Yo perdí disfrutar de una amiga y el cielo ganó un ángel de nombre Inmaculada...
Emi
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