domingo, 22 de septiembre de 2013

Estudiar trabajando más que trabajar estudiando

Este año tras la experiencia del curso pasado y su proyección sobre este; en el que la salud y enfermedad de nuestros padres y madres (hablo de Charo y de mí); el emprendimiento laboral de Charo by Standarte; la dedicación, compromiso, viajes y gestión de conflictos de mi ocupación profesional by MB; el compromiso y disfrute espiritual en la labor caritativo-solidaria by Aguaores Blancos; la tarea Hereje/cofrade y su posible paso a la acción en primera persona del plural; el continuo en la entrega y cuidado de la vida familiar; el cultivar y cuidar mi yo más intimo, físico, espiritual y emocional; hace que este año "solo" me matricule de 3 asignaturas en el Grado de Psicología en la Uned.
El año pasado sufrí, llegando a la frustración en momentos; por no poder acudir a determinados exámenes preparados durante 4 meses, debido a  viajes por motivos de trabajo; por sentarme a estudiar después de un largo día de jaleos varios y no tener capacidad ni templanza para aún teniendo la fuerza de voluntad para preparar el escenario, ponerme las gafas y abrir el libro, y sencillamente "no poder"; para finalmente tener que renunciar a presentarme a determinados exámenes o sencillamente no poder prepararlos.
Esto aunque parezca mentira me ha originado a lo largo del 2013 una ansiedad brutal, que pese a tener una vida plena y feliz en todos los aspectos que conforman mi ser, no sea capaz de controlarlo, por lo que, que mejor terapia que insistir, ser perseverante y aunque si he tenido que bajarme del burro y adecuar el ritmo de estudios a las posibilidades de la situación de vida, insisto y tiro palante con menos autoexigencia.
Hace tiempo que aprendí a quejarme solo por lo que no tiene realmente importancia en mi vida, es una terapia sencilla; escupo y juro en arameo, liberando mis miedos, rencores, tensiones, malestares, logrando así ir limpio y libre de ataduras mentales y no victimizarme por nadie ni nada.
De lo que verdaderamente importa, normalmente, no me quejo porque todo lo que pasa, pasa por estar vivo y por tener vida, pasa porque si no pasara sería la vida de otro y porque no tengo nada de que quejarme. La mano de Dios está sobre todas las cosas y nada pasa en vano, esto unido al pellizco del libre albedrío hace que sea feliz, le dé a diario las gracias a Dios, y me sienta protegido y acompañado en mi camino.
Asín que al toro que es una mona...

Emiliojo

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