Jesucristo no renuncia

Hacer quinielas, especular incluso desear una opción es inherente al ser humano.
Ser católico obliga a ser moderado, humilde y paciente, esperando la mano de Dios con discernimiento y sabiendo que nada paso en vano, aunque inicialmente parezca lo contrario.
Ser Papa es un continuo como Vicario de Jesucristo, morir en la cruz, con las botas puestas o renunciar por debilidad física o cognitiva, no plantea ni es susceptible de comparaciones puesto que el nombre del Papa no importa, la vicaría conlleva representación y asunción, por lo que lo dicho y hecho en el tiempo proviene de la misma fuente, reencarnada en espíritu.
Aún reflexionado, asumido y entendido, mi inquietud la hago pública, deseando desde la humildad y opción como católico pecador, la proclamación de un Papa latinoaméricano o africano, que en su carne, infancia y cultura traiga la necesidad del pobre, la teología de la liberación y genere la sensibilidad del mundo para liderar con fuerza, carisma y poderío el cambio hacia el humanismo religioso, lanzando puentes a todas las religiones, hecho este iniciado por Benedicto XVI, y abordando y liderando el cambio que necesita el mundo desde el catolicismo siendo permeable a las distintas realidades, libertades religiosas y opciones espirituales.

Trancribo un poema de Pedro Casaldáliga, obispo, religioso, escritor y poeta español:
"Yo pecador y obispo me confieso,
de soñar con la Iglesia,
vestida solamente de Evangelio
y de sandalias;
de creer en la Iglesia,
a pesar de la Iglesia,
de creer en el Reino en todo caso
caminando en Iglesia.
Yo pecador y obispo, me confieso
de haber visto a Jesús de Nazareth
anunciando también la Buena Nueva
a los pobres de América Latina,
de decirle a María:
"!Comadre Nuestra Salve!"
de celebrar la sangre
de los que han sido fieles;
de andar de romerías.
Yo, pecador y obispo, me confieso
de abrir cada mañana la ventana del Tiempo;
de hablar como un hermano a otro hermano;
de no perder el sueño, ni el canto ni la risa;
de cultivar la flor de la Esperanza
entre las llagas del resucitado."
(Pedro Casaldáliga)

Emiliojo