Queridos amigos:
Un año más nos encontramos aquí, dando vida, como dice el lema del 10º aniversario del Programa de Saneamiento de niños Bielorrusos en Cádiz.
Existe en algunos grupos de nuestra ciudad la sensación de que estos pequeños vienen de vacaciones, y es verdad que disfrutan del excelente clima y ambiente con que Dios ha dotado generosamente a nuestra ciudad.
Pero fundamentalmente ellos vienen a eso, vienen precisamente a depurar y sanear sus castigados cuerpos erosionados machacona y continuamente por la radioactividad nuclear que no ven, pero que respiran, comen y beben diariamente, pues prácticamente todo su territorio nacional está contaminado.
Bielorrusia es un pequeño aunque hermoso país, de algo más de diez millones de habitantes con una estructura económica muy débil; por razones obvias casi nadie quiere importar productos producidos en Bielorrusia. No tiene petróleo, ni gas y por tanto ninguna gran potencia tiene demasiado interés en ayudar.
Hace pocos meses su moneda ha sido devaluada nominalmente en un 60%, pero se cree que la devaluación real subyacente alcanza el 72% de su anterior cotización.
Su gobierno hace lo que puede, que no es mucho, para cubrir escasamente las mínimas necesidades de sus ciudadanos. Sabemos que hay dos zonas del país que tienen problemas de abastecimiento…
La sanidad pública está desbordada ante las secuelas sanitarias de la radioactividad y eso sin contar con las mutaciones genéticas que pueden estar generando ésta.
Nosotros somos la esperanza de supervivencia de estos jóvenes bielorrusos. Gracias a sus anuales estancias en nuestro país, las muchas y graves patologías que generan la radioactividad, han sido vencidas en unos casos y al menos estabilizadas en otros.
Las periódicas revisiones médicas así nos lo confirman.
La actual situación de crisis no nos puede hacer caer en la trampa de pensar lo de que como aquí hay problemas, esto es secundario.
En la ciudad existen muchas organizaciones caritativas y solidarias que se ocupan de hacer más llevadera la complicada situación económica que vivimos a los que menos tienen.
Pero si los abandonamos a ellos, nadie se ocupará de hacer lo que hacemos.
Apelamos pues al corazón solidario del noble pueblo gaditano, a sus instituciones, cofradías, particulares a seguir haciendo posible la continuidad del Programa. Muchas gracias.
José Manuel Cárdenas Ruso - Coordinador de Congregación Parroquial de San Lorenzo
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