miércoles, 25 de marzo de 2009

De la Semana Santa

Me gusta el solecito mañanero.
Me gusta escuchar marchas de semana santa en el coche.
Me gusta coger por la Plaza San Francisco vaya a donde vaya.
Me gusta oler a azahar en San Francisco.
Me gusta acordarme de cuando podía cargar.
Me gusta ver la foto de mi padre cargando el Nazareno del Amor.
Me gusta mi foto vestido de franciscano con 4 años.
Me gustan las arropías.
Me gusta, por lo menos una vez al día ver una procesión desde la cruz de guía hasta el tonto que va detrás de la banda de la virgen.
Me gusta comer y vestirme el lunes santo en casa de mis padres, antes de salir en mi hermandad, el Nazareno del Amor.
Me gusta la tradición inculcada por mis padres de veneración y devoción al Nazareno del Amor y Ntra. Sra. de la Esperanza.
Me gusta el día más grande del año, el Lunes Santo.
Me gusta pasar por el Palillero y ver como ya están montando los palcos de la carrera oficial.
Me gusta el pirulí de la Habana.
Me gusta ver las procesiones comiéndome un cartucho de cacahuetes.
Me gusta ver marcharse cualquier virgen bajo palio al son de una banda de música hasta doblar la siguiente esquina.
Me gusta tomarme una tónica aliñá, con saphire por favor, cuando empiezan a recogerse las cofradías y la Charo ya se marchó aburria.
Me gusta darme una güertejita el lunes por la mañana por la Iglesia San Francisco.
Me gusta ser cada vez más mariano.
Me gusta pasar el viernes santo, sábado y domingo de resurrección en Tarifa.
Me gusta que se me haga corta, la semana santa claro está.
Me gusta celebrar el lunes santo, el martes con mi cuadrilla.
Me gusta vivir la noche cofrade.
Me gustan las tardes largas del inicio de la primavera.
Me gusta que los mojoneros (kikito y melqui) sean del Amor.
Me gusta sentirme cargador.
Me gusta sentirme cofrade, hermano cirineo y aguaor, blanco por supuesto.
Me gusta haber sentido y disfrutado la intimidad, el dolor, la emoción, el gozo y la plenitud de rezar con el cuerpo y con el alma, portando al Nazareno blanco.
Me gusta la Virgen de las Penas, la Esperanza Cigarrera, la Vera-Cruz, el Caído en el parque, la salida de borriquita, la Dolores de Sta. María por su barrio, la Buena Muerte donde sea, amargura eterna…
Me gusta acordarme de Adolfo y Mª Ángeles en la salida de la Borriquita.
Me gusta la espera.
Me gusta que no llueva por Dios.
Me gustan los lirios más que los claveles.
Me gusta la niebla de incienso.
Me gusta el paso de tambor del túnel (la calle Santiago pa Candelaria).
Me gusta el “mas despacito lo quiero” de Riki.
Me gusta escuchar al arvellana gritando ¡no hay dolor!, yendo hasta el sello.
Me gusta la marcha Cádiz Cofrade.
Me gusta la emoción contenida de mi casa el lunes santo.
Me gusta escuchar por teléfono a mi hermano el Lunes Santo, estando en Menorca ese día está al laíto mía.
Me gusta acordarme el Lunes Santo de los que ya no están, Adolfito, Inma, Marcos, Juan Ignacio…
Me gusta la marcha Nazareno del Amor.
Me gusta que nos traiga el recuerdo, la magia, el querer de los que ya no están y fueron devotos y sentían en cofrade por sus titulares.
Me gusta que resucite por mí.
Me gusta llevarle un clavel de mi Cristo a mi Madre y a la Charo.
Me gusta Cádiz, playa y cofradías.
Me gustan las torrijas de la Campana, lastima que esté en Sevilla.
Me gusta llamar a Manuel Estudillo pa ver como le fué el Miércoles Santo en Medina.
Me gusta ser aguaor y poder ser cirineo de los cirineos del Amor.
Me gusta que mi pierna maltrecha tenga que ver con él…
Me gusta que el Nazareno del Amor sea el hilo conductor de mi vida, Gracias Papá…

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