miércoles, 7 de julio de 2021

Déjame llorar Entrenador. (Dedicado a Luis Enrique).

El aprendizaje de los niños por imitación , se denomina aprendizaje vicario, que no solo tiene efecto en niños sino también en adultos, fruto entre otros factores de las neuronas espejo, por lo que toda la razón en lo bueno y en lo malo que somos capaces queramos o no de transmitir a un niño. En lo malo está, algo que he criticado en el tiempo, y que los medios no abordan, las celebraciones sobre todo en el fútbol moderno con héroes, mitos y dioses de la infancia y adolescencia bebiendo hasta emborracharse públicamente en un bus y escenario hasta perder el control y la compostura.

⁠Pero voy al lío, llorar igual que reír es la expresión de una emoción, y las emociones no son ni positivas ni negativas, básicamente son las expresión de un sentimiento, y lo que hay que enseñar a los niños es a ponerle color, conocerlas, aprenderlas y ver como les afectan, para hacerles sitio en su comportamiento y no resistirse ni oprimirlas, porque lo que se resiste persiste. Por lo tanto llorar no es ni bueno ni malo, es una expresión humana y universal, necesaria y terapéutica igual que la risa, que no hay que corregir de la misma manera que se hace con la alegría y la risa. La pérdida, en distintas intensidades según la importancia, es un luto que hay que elaborar tratando en la medida de lo posible que no se convierta en un trastorno. Eso sí expresado el sentimiento ocasionado y su emoción, lo que tenemos que enseñar a los niños, es que es un comportamiento normal, y que perder o ganar forman parte de la misma moneda, que lo importante es participar y disfrutar, y que unas veces se gana y otras se aprende, además de ser un digno competidor y en el respeto y los valores de un buen deportista, está el saber perder y dar la enhorabuena de corazón a tu adversario. 
Emiliojo

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