He bajado como una alcayata a ponerme la inyección del día. Y andando por el Paseo, aún con malestar y cara de pie, agradecimiento a Dios que me viene y me digo; qué bonito es Cádiz carajo, esta luz, su olor, este mar que te enseña a respirar la vida, que afortunado soy que mi última reencarnación sea en Cádiz. Salud.
Emiliojo
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