viernes, 8 de diciembre de 2017

Inmaculada de vida

Una noche más sin mañanita, las del Rey David, las que cuando escucho, siempre me acuerdo de ti. Veintiséis pellizcos rezados día a día, mi niña dulce de ojitos tristes, mi hermanita de vida, mi amiga debida, presencia percibida.
Tu carita sigue ahí, mi loquita preferida, confidencias de hermana chica, tu memoria me acompaña, tu voz aún la reconozco, la muerte miente cuando dice que no estás...
Hace unos días, Charo me decía, Emi ella es Pilar; yo soy amiga de Inma y quiero conocerte, todos los años por su santo me emocionas y me reflejo en tus palabras escritas, ella es mi amiga del alma, Inma mi niña, mi amiga querida. La muerte miente cuando dice que no estás...
Este año bien sabes que apenas escribo, mi corazón no me deja, arrastra pena mi emoción, rezo a duras penas, está embargada mi alma, mi mano de mi corazón se desconectó, mi papá ya está en casa, el Reino de Dios. Mi rey lo tienes contigo, tu manita lo arropa y lo acoge, tu haces de Emi y le sacas una sonrisa ya en plenitud de consciencia. El mi ángel de la guarda, tu mi hermana que lo guarda.
Mi única patria es mi infancia, y tu vives en ella, Inmaculada de vida, sentido, serenidad y paciencia por Dios, aprendida.
Mi otra Charo, amiga tuya y mía, hoy también la tuve presente, a ella y a Kike, les quise mandar un beso en su alegría pena o quizá pena alegría, pero por más no me salía. Una llamada de ella buscaba el aire que yo no tenía, sin vernos y con cuatro caricias en palabras escritas, tu presencia nos decía, la muerte miente cuando dice que ya no formas parte de nuestra vida...
Te quiero amiga mía.
Emi

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