martes, 26 de abril de 2016

Hasta lo que tú, no...

El espíritu de Dios, está en todo; música, momentos, iglesias, parques, familias, prójimo, penumbras, orillas, errores, aciertos, vaivenes, faltas, pecados, paseos en bici, misericordias, baños de mar, comprensión, caridad y perdón, pellizcos de espíritu...
La mano de Dios, vive en todo; miedos, versiones, libertades, sueños, enfermedades, cuidados, penas, éxitos, libres albedríos, risas, lágrimas, orgasmos, ausencias, sensaciones, bailes, cogidos de la mano, reflexiones, cafelitos, abrazos de amor...
La misericordia de Dios, duermevela en todo; caridad, solidaridad, consciencia, inconsciencia, egoísmo, altruismo, miserias, verdades, honestidades, llamadas, bondades, ternura de protección...
El amor de Dios, bendice todo; alegrías, dramas, vanidades, humildades, corrección, dudas, fallos, caídas, alegrías, derrotas, perseverancias, debilidades, penitencias, necesidades, simposios, caminos de los hechos, promesas incumplidas, amistades, luces en el camino...
La humanidad de Dios, humaniza todo; ternura bajo las sábanas, discusiones en pormenores, risas en el despertar, riñas en la cena, amor sin verse, respeto, silencios, carnavales, lealtades, deslealtades, sentimientos, miradas, ojos que se hablan, sonrisas cómplices, vidas vividas...
El perdón de Dios, perdona todo; hasta lo que tú, no...

Emiliojo

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