domingo, 21 de junio de 2015

¡Viva la vida! (proclama de familia de acogida)

Mañana llega Pipi, momento de reencuentro y de familia. Las familias de acogida saben y sienten lo que significa. El amor de padres de acogida, libre, dar sin esperar, sentir sin necesidad de recoger, altruismo emocional, generatividad de amor y vida.
Amor incondicional, siembra con fruto pero sin fruta, amores de verano que cumplen la mayoría de edad, entrega sin proximidad. Alegría con viva a la vida, lo mejor de mí para un futuro sin tí, la plenitud de corazón como Dios manda.
Familias que paren una vez al año y emancipan su amor tantas veces como dan a la luz. Sal que enriquece, condimento o herramienta, usada o compartida, sí o sí vivida consentida, divina locura a veces no entendida, pero al final tu corazón reparte sin medida.
No tapa ni suple, no instrumentaliza lo natural no venido, es amor de Dios agradecido y compartida, Gloria a Dios en forma de hija de acogida.
Padres, hermanos, primos, tíos y hasta madrinas, familias en el tiempo como única dimensión. 
Erasmus inversos, que te aprenden que es la vida, sea monoparental o numerosa la familia.
Este año algunos ciclos finalizan, pero el amor es eterno e infinito, y mantienen los corazones de acogida, misión cumplida, aprovecha lo vivido, lo permeabilizado y lo sentido, nuestra cultura y lengua, nuestra manera latina, nuestros besitos y achuchones, nuestra expresada forma de vida. 
Los ojos que ya no ven, ni pueden velar más que orando, sienten y cuidan con angeles del cielo que de la guarda de chico llamamos. Natasha, Raman, Ilya, Palina, ya vuelan sin acogida, su ciclo ha terminado por distintos motivos de vida, forman parte ya de el libre albedrío que marca el viva la vida.

Emiliojo


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