Pequeño Nicolás

La historia del pequeño Nicolás, es el efecto de una causa; la Partitocracia del sistema de estado de Expaña.
Nuestra democracia y sus poderes basados en organismos y entidades subvencionados; confederación de empresarios, medios de comunicación, banca, sindicatos y partidos políticos, provocan un sistema y un estado de meritocracia, basado en referencias, enchufes y padrinos.
Entrar en un partido político, supone un protectorado de leyes y códigos no escritos, que si estuvieran escritos la construcción de cárceles sería el resurgir de la construcción y la reactivación económica tan cacareada y que no llega.
Ser afiliado te convierte, en candidato, en "uno de los nuestros", en protegido, en una palabra "enchufado", que con el mensaje sencillo y escueto de "departe de", origina una apertura sin más preguntas y más méritos que ser de "la familia".
Todo ello convertido en exponencial en escenarios como las empresas públicas y el entramado generado por el clientelismo y la perpetuación en el poder de la psoe en Andalucía, la pp en Valencia y Madrid o la ciu en Cataluña, hace que en algunos casos más de 30 años, nadie levante una alfombra, y la no alternancia pudra al más santo.
El ser humano por condición o por genética, es susceptible de corrupción, y sería injusto personalizar en nombres concretos, estoy seguro que si cambiáramos nombres y hombres, incluso partidos, manteniendo determinados escenarios, tendríamos el mismo problema de inseguridad jurídica y cohecho.
El pequeño Nicolás destapa siendo únicamente un "espabilao" y un pícaro, la realidad del día a día de nuestras instituciones, administración pública y la maquinaria de los partidos políticos.
No es difícil imaginarse un primer colarse en un evento, invitar a una ponencia en su facultad, poner dos nombres encima de la mesa a los que nunca les preguntarán, y la pirámide invertida se convierte en un dominó de puertas abiertas cayendo de una en una por gracia del partido.
Ahora desde el primero de todos los expañoles hasta el empresario de coches de alquiler, desdicen, renuncian, se desmarcan, niegan y acusan, pero los hechos están ahí y hay imágenes que desnudan sus miserias y medias verdades de farsantes públicos.

Potoma

Emiliojo