Me gusta Sevilla, me gusta su capacidad para acoger, para disfrutar y para vivir sin complejos. Sevilla, la ciudad que se retroalimenta; Semana Santa vivida desde la Cuaresma, Feria vivida desde el Domingo de Resurrección, Termporada taurina para soñar, día a día hedonista y cosmopolita, ciudad abierta y hospitalaria 24 horas.
Orgullosa de su río, de su historia y de su saber vivir. El sevillano es chovinista para lo suyo y pa lo que le gusta, sea suyo o no.
Los sevillanos cosumen en su ciudad y su ciudad les abastece para que su semana mayor, su feria y su "lo que sea", el nativo o el invitado estén vestí@s, guap@s, comí@s, bebí@s, distraí@s, surtí@s, entretení@s, conviví@s, divertí@s, y todo lo que suponga ir como Dios manda, participar como Dios manda, divertirse como Dios manda, y por ende la ciudad vive intensamente todo lo que vive, generando y provocando que su comercio sea floreciente, rentable y generador de empleo.
Un gaditano va a Sevilla, a lo que sea, y se siente querido, bien atendido, admirado por como és y por de dónde viene, siempre te encuentras con una alegoría de tus playas, tu carácter, tu vida caribeña, tus carnavales, tu ange, tu cultura, tu gastronomía, tu gente, tu ciudad y tu provincia.
Poyasta
Emiliojo
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