Yendo, tarde, diciembre, 2005, moto, niños sin juguete, aguaor, coche marcha atrás, vuelo bajito, pierna al revés, trauma, dolor, perdón, llamadas, policía, ambulancia, Charo, urgencias, dame la mano, aguanta el tirón, te corto el pantalón, los míos en la puerta, llorar por un trabajo, operación, un año sin ocasión, crecimiento espiritual, cama, rehabilitación sin descanso, visitas y lectura, muletas enchaquetadas, meditación, entrevistas con escayola, palos sin rehabilitación, reflexión, el evangelio de mamá, un año al carajo, un año inolvidable, libros de comer, un año de reconversión, el primer día del resto de mi vida.
Una piedra en el camino en forma de coche, una luz cegadora, Pablo con nombre de Emilio, caballo con ruedas, Damasco en la Plaza España, Hechos sin apostoles, reconversión.
Un romano que vuelve a la esencia, que retoma al camino, ahora con madurez, toca fondo para entender, la mano de Dios.
Todo lo que pasó tiene sentido, agraciado por la loteria de la vida, millonario de pellizcos, agradecido por el dolor que moviliza, despertar del sueño inconsciente.
Nunca más el árbol ocultó el bosque, defectos y virtudes moldeados por la vida, lo malo era más que bueno, ni un paso atrás sin renegar del pasado, mirada atrás para comprender que todo tiene sentido.
La guinda de un pastel, dos caras sin nombre, samaritanos del reino, supliendo y complementando, un camillero de mi mano, un médico urgente y eficiente, el trauma amnésico los deja sin nombre y sin cara, el corazón agradecido los quiere y vela por ellos en la cadena de favores de la vida, que ni apunta debes ni debe favores.
Emiliojo
Y una vez más, palabras que provocan lágrimas, al sentir la voz auténtica que brota de un hombre renacido y movido por el Espíritu que nos da vida.
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