En estos días, una vez finalizado el Programa de Acogida de niños bielorrusos, cuando el corazón busca sosiego, tranquilidad y cariño exterior, días de reflexión donde rumiar lo vivido y lo sentido, y analizar considerando despacio lo acontecido pensando en el futuro, la paz de tu casa ayuda a reencontrarte con tu vida, con tus hábitos y con tu rutina diaria.Acabar el libro pendiente, estudiar, pasear con Charo por el paseo marítimo, tomarme una cerveza con Juan en la parisien de mañana, dormir la siesta, ir en bici al centro, y aunque parezca mentira realizar labores domésticas, unido al trabajo diario, todo ayuda y suma en la reconstrucción emocional y la rentrée a la normalidad.
Las vacaciones laborales las agoté en el día a día del Programa de acogida, no obstante el verano aporta esa serenidad, en el inicio del día o la larga tarde, que te permite, aún teniendo las vacaciones agotadas, la búsqueda y el reencuentro interior tan necesario para ser feliz cuando se siente mucho.
Enfocar la atención al presente es una muy buena manera de conseguirlo, por eso ahora mismito me voy a poner a limpiar el cuarto baño.
"Marinero de luces, tu barco velero cruzó la bahía... laralá lala lala"
Emiliojo
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