Vaya por delante que no soy monárquico, eso sí tampoco republicano al menos tal como se plantearía ese estado en España, con los personajes republicanos que pululan por la política española. La monarquía ha cumplido una función más que productiva y rentable en los últimos30 años, con claras desviaciones en sus principios y obligaciones, llámese situación y perfil de los cónyuges de los 3 niños y actividades paralelas e imprudentes del jefe de la casa. Me quedo con el papel de la Reina, impecable, profesional y ejemplo para las monarquías mundiales.
Pero por donde no voy a entrar es por el debate oportunista y populista de crítica y apaleamiento público, por un accidente que descubre una actividad social en forma de cacería de elefantes, que además su coste es 0 €.
¿De dónde se cree la gente que salen los contratos multimillonarios tipo, Ave entre la Meca y Medina en Arabia Saudí, peleado y negociado por el Rey?, pues sí de este tipo de actividades pseudocomerciales y actos sociales, que entre diplomacia, relaciones públicas y acción comercial del producto España, promocionan nuestro turismo, industria y exportaciones. Esto no deja de ser un plan estratégico que todas las empresas, y que tenga cuidado la que no lo haga, proyectan y presupuestan en sus ejercicios, destinando una de sus partidas a las relaciones sociales, conformándose como la estrategia comercial más productiva que cualquier empresa de cualquier nivel y cualquier ámbito pueden y deben tener.
El agravio comparativo con el tratamiento dado por los medios y la gente a los ERE, Invercaria, millones de parados, abusos de poder, subvenciones fraudulentas, clientelismo, enchufes, etc., que pasamos de puntillas y no hacemos pagar en las elecciones, tragándonos esos sapos como si fueran dulces y asumibles, me indigna. Mira por donde yo también soy un indignado.
La monarquía y la iglesia, son instituciones y temas que gustan especialmente para valorarlos de una forma sectaria, fácil y demagoga. Si analizarlos en profundidad, con conocimiento de causa y contemplándolos en toda su amplitud.
Poyasta
Emiliojo
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