domingo, 14 de agosto de 2011

Héroes Anónimos

Como dice la canción sus nombres no saldrán mañana en el periódico, pero son auténticos Héroes Anónimos, Héroes de Amor. Cuarenta y cinco días disfrutando, uno sufriendo, y trescientos diecinueve trabajando, total trescientos sesenta y cinco días al año dando vida.
Juan, Pepe, Paco, Charo, Juani, Julio, Kike, Domingo, Benito, Manolo, Alfonsi, Faly, Juan José, Coco, Hanna, Alla, Encarni, Guillermo, Luis, Mari, Antonio, Reme, Juan Manuel, Isa, Eloy, Ana, Lucía, Elena, Loli, Mª Carmen, Ampari, Enma, Eugenia, Maribel, Miguel, Rafael, Maria Jesús, Marilo, Bernardo, Mercedes, Anabel, Yolanda, José Manuel, Concha, Ricardo, José Luis, Pili, David, Flori, Juan Carlos, Mª del Mar, José Antonio, Rafael, Victoria, Juan José, Javi...
No son padres de acogida de un niño, no, son padres de acogida de 30 niños bielorrusos entre 9 y 17años en fraternidad.
Héroes sin vacaciones, algun@s sin trabajo, otros con lo justito, pero cada uno de ellos responden a la voz de papá o mamá, mis amigos son héroes anónimos dando vida a cambio de querer. Héroes que viajan todos las noches de San Juan desde Cádiz a Bielorrusia.
Días de marea alta, cuando la mochila pesa más que nunca y el corazón aprieta, es cuando se llenan de vida y empiezan de nuevo el ciclo, el ciclo de la vida, su proyecto se reactiva y comienzan a trabajar pensando en su futuro.
Se fueron con las maletas llenas de vida, 30 kilos de amor por niño. El bote de cola cao durará apenas un mes, pero el cariño, las olitas del surf, el disfraz del verano, la actuación de despedida, los besitos de buenas noches, las risas de antes de ir a dormir, los primeros amores en San Francisco, los largos baños de sol y de sal, el paseo por la alameda con las monitoras, el ratito en el coche de poli de Juan, el jaguar de Isla mágica, las nuevas gafas graduadas, el Kamikaze de Aqualand, el gol del torneo de fútbol, los bailes de Paloma, el empaste anticáries, la sesión de fotos para el calendario bicentenario, todo lo intangible, todo lo de verdad, lo que les damos con el corazón les durará todo el año, todo el invierno radioactivo, todo el temporal de frío, todo el tiempo de sufrimiento y desánimo.
Cada vez que me pueda el sentimiento iré a sentarme junto al árbol que plantaron, una palmera justo al lado de los columpios del Parque Genovés. Dicen que ojalá durara una madre lo que dura una palmera, y esta palmera simboliza el amor de padres de acogida que sentimos por ellos. Allí rezaré por ellos, por los héroes que se quedaron y por los héroes que se fueron a su casa de invierno. Dios cada año provee y tiene el encargo de velar por ellos, de dulcificar y ayudarles a superar sus pequeñas y duras situaciones de vida.
El ciclo de la vida nos traerá otra oportunidad de ser el complemento perfecto de sus vidas, nada más y nada menos, solo un apoyo, solo un papá de segunda mano, un amigo que reza por ellos y que sufre más de lo que le permiten sus corazones.
Un beso para mis Héroes Anónimos.
Emilio J. González de la Muela. Asociación Aguaores Blancos.

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