Asco eterno. Asco por los medios de comunicación, asco por el tratamiento generalizado del accidente de tren en Santiago de Compostela. Canales y programas de televisión, tirando de tertulias polivalentes, a primera hora, media mañana, sobremesa, tarde y noche. Tertulianos que hablan de terrorismo, cuernos, educación, pedrastia, parricidios, famoseo, economía, mundo friki, deporte, cocina, medicina, religión, realitys, política, estafas, infancia, climatología, cultura, salsa rosa, arte, psicología, leyes, ciencia...
Lo que le pongan por delante, emitiendo juicios de valor, dictaminando, aseverando, hablando de todo y sobre todo como doctores honoris causa, opinando, seudoinformando sin contrastar, sin ser periodistas, sin tener conocimientos académicos, técnicos, experiencia ni la formación adecuada.
Acompañándolo de imagenes dramáticas, carentes de ética, morbosas, de personas tiradas en la vía muertas y tapadas con una toalla de playa, moribundos en camillas sangrantes semidesnudos, niños con un hilo de vida y madres llorando al lado de la camilla...
Acusando a un conductor, poniendo en duda el sistema de seguridad, valorando y analizando con la capacidad de una vaca mirando pasar un tren en medio del campo, cogiendo una tragedia por la punta y desmenuzándola hasta su último sorbo de morbo.
Acabaron con el parricidio de Bretón y dándole gracias a Dios por tener otro culebrón hiperdramático para el resto del verano.
Comentarios como: "a lo mejor hubiesen muerto más muertos", sonrisas televisivas para hablar del drama de la vida, describen lo que hay y la mierda en la que flotan.
Cuando exploten el asunto, ya tendrán o retomarán uno de los temas que quedan apartados por prioridades mediáticas y de audiencia.
Su puta madre.
Emiliojo
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