domingo, 7 de diciembre de 2008

Cita - Dedicado a Bibiana Aido, ministra de igualdad e igualdod.

Miembro es a miembra, tanto como Paje es a Paja…
Emiliojo.
p.d. ojito estas navidades con los pajes/pajas de los Reyes Magos y Reyas Magas o de Papá Noe y Mamá Noela.

Para enriquecer la cita o cito, corto y pego artículos extraídos de la prensa, atento al de Arturo Pérez Reverte, ya en el 2005 predecía los desatinos de la progresía trasnochada.

La RAE carga contra Aído por usar el término 'miembra'
Nada de "miembros y miembras". Todos, mujeres y hombres, somos, simplemente, miembros. Gregorio Salvador, miembro de la Real Academia de la Lengua (RAE), se llevó las manos a la cabeza al escuchar cómo el pasado lunes, durante su comparecencia en el Congreso, la ministra de Igualdad hablaba de "miembros y miembras". Bibiana Aído se reafirmó ayer en su uso de la expresión y, además, anunció que no descartaba "que se pudiera incluir" el novedoso término en el diccionario de la RAE. Salvador, tras aconsejar a la ministra que se dejara de "bromas de mal gusto", respondió que tal inclusión era imposible.
"Eso solo se le puede ocurrir a una persona carente de conocimientos gramaticales, lingüísticos y de todo tipo --dijo Salvador, reputado dialectólogo y lexicógrafo, citado por la agencia Servimedia--. En España no podemos decidir sobre una lengua que se habla en muchos países".
SISTEMA ECONÓMICO
Lejos de quedarse ahí, Salvador arremetió contra el lenguaje no sexista --"ministros y ministras", por ejemplo-- empleado por Aído en su comparecencia en el Congreso. "La lengua es un sistema económico de expresión y el masculino vale en este caso como término neutro que sirve para masculino y femenino", afirmó.
La ministra, por su parte, dijo en TVE-1 que su uso del término "miembra" se debió a esto: "Fue un lapsus y, además, una cosa graciosa; a continuación me reí". Al académico Salvador no le hizo tanta gracia.

PATENTE DE CORSO
Las miembras y los miembros
ARTURO PÉREZ-REVERTE | El Semanal | 21 de agosto de 2005
Se veía de venir. Empezamos con los ciudadanos y las ciudadanas, llegamos a los frailes y las frailas, y al final remata el Boletín Oficial del País Vasco, llevándolo todo, negro sobre papel blanco, al documento oficial. Pura coherencia, por otra parte. Y hablar de papel no es baladí, pues las papeleras van a tener que doblar su producción, cuando –no les quepa duda de que está al caer– todos los documentos oficiales de la España del buen rollito imiten el asunto. Tengo entendido que la Junta de Andalucía, por ejemplo, no está dispuesta a quedarse atrás ni harta de morapio. Pero de eso, para no liarnos, hablaremos otro día.
«El pleno está integrado por el presidente o presidenta, el vicepresidente o vicepresidenta y los vocales o las vocales.» Ante ese párrafo pueden ocurrir dos cosas. Una es que parezca normal: de pura saturación terminas acostumbrándote a cualquier imbecilidad. La otra es que nos dé la risa floja. Al principio creí que era un texto chungo. Manipulado. Pero nada de eso: BOPV, ley 9/2004 de la Comisión Jurídica. «Se hace saber a los ciudadanos y ciudadanas», etcétera. Todo trufadito de perlas como ésta: «Un secretario o secretaria que se nombra por el presidente o presidenta (…) entre funcionarios y funcionarias». Y más adelante, con repetición exhaustiva de las titulares o los titulares, las vocales o los vocales, los presentes o las presentes, el secretario o la secretaria, el presidente o la presidenta, se detalla que en ausencia «de uno de los vocales o una de las vocales (…) se procederá al nombramiento de un suplente o una suplente (…). El nombramiento y cese del suplente o la suplente se realizará conforme a lo previsto (…). El tiempo que dure la suplencia se imputará al período de mandato de la vocal o el vocal suplido». Imagino que las feministas galopantes estarán goteando agua de limón con el texto, pero creo que aún podríamos afinar un poquito más. Porque observo cierto déficit de concordancia. Puestos o puestas a ello, «la vocal o el vocal suplido» debería haberse escrito «la vocal o el vocal suplido o suplida», o bien «la vocal o el vocal suplidos o suplidas». Y puestos a hilar fino, lo de «el tiempo que dure la suplencia» también era mejorable escribiendo «el tiempo que dure la suplencia o el suplencio». Pero en fin. Cada maestrillo tiene su librillo.
En cualquier caso, es de justicia reconocer que, si en la lucha contra el sexismo lingüístico el BOPV se cubre de gloria pionera, en cuanto a la concordancia y el concordancio sus redactores o redactoras todavía no afinan mucho. Cuando escriben, por ejemplo, «el presidente o presidenta», «los titulares o las titulares», «los vocales o las vocales», no terminan de rematar la cosa. En pura lógica, vocal es a concejal lo que vocala a concejala, etcétera. O semos, o no semos. Y si semos, ¿por qué la puntita nada más? Lo normal, si se escribe presidente y presidenta, es que también se escriba presidencia y presidencio, titulares y titularas, vocales y vocalas, igual que en otros casos –sutil artículo 9– «ambos y ambas».
En el artículo 23, por cierto, se dice «En la designación de los ponentes y las ponentes, el presidente o presidenta seguirá los criterios de reparto», mientras que algo más abajo alude a «los asistentes y las asistentes». Y eso, la verdad, queda feo. Si tenemos presidente o presidenta, la misma ilógica de semejante lógica impone ponentes y ponentas, asistentes y asistentas. Y la verdad es que tan tímido quiero y no puedo se manifiesta varias veces con idéntica evidencia o evidencio. Es como cuando el bonito artículo 17 indica que los acuerdos se adoptan «por mayoría de votos de los presentes y las presentes». ¿Por qué no de los presentes y las presentas? ¿Ein? Observen, además, el caso del no menos delicioso artículo 16: «Las miembros y los miembros afectados por posibles causas de abstención». ¿Por qué no ir hasta el fondo del asunto, escribiendo «Las miembras y los miembros afectadas o afectados por posibles causas o causos»? Es como cuando la disposición transitoria segunda menciona «el nombramiento de cuatro vocales que sustituirán a las cuatro o los cuatro nombrados conforme al decreto», en vez de decir, como en rigor debería: «cuatro vocales o vocalas que sustituirán a las cuatro o los cuatro nombrados o nombradas». Digo yo que de perdidos, al río. Y la verdad. No comprendo a qué vienen esos ridículos complejos, a estas alturas del jolgorio. O jolgoria.

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