En la tarde, hice un poder para atender mi sesión Crescere con mis chicas de catequesis SFN.
Y mi resiliencia y compromiso al que llegué arrastrándome, me inspiró y colmó de ternura, compasión y espíritu santo, para sacar de mi mochila vacía; alianza, presencia, indagación, flexibilidad, palabras de amor y psicoeducación. Recogiendo una cosecha de cestos llenos con reflexiones, sentimientos, emociones, verbalizaciones directas de sus corazones infinitos de adolescentes sin miedo, valientes que buscan y exploran, dudan y necesitan sentirse escuchados, vistos y seguros para aprender a decir, negociar, solucionar, amar y tener una caja de herramientas emocionales y espirituales acorde a su adultez emergente.
Qué alegría cuando me dijeron…
Emi
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