viernes, 28 de agosto de 2015

Ciudadanos el pan nuestro de cada día, perdona nuestras ofensas...

Europa, sus estados, sus presidentes, sus gobiernos, sus representantes políticos, sus poderes fácticos y su ciudadanía, somos cómplices y responsables de las crisis migratorias; personas que huyen del hambre, la guerra, los asesinos disfrazados de fanáticos, los dictadores sanguinarios y la injusticia.
Limitarse a contar muertos, camiones con 70 muertos, barcos con 300 muertos, un suma y sigue de una cifra incalculable que nunca se sabrá realmente cuantos no llegaron, y no se sí peor aún, no dar solución real y definitiva a la masacre a la que llamó Francisco, el Mediterráneo cementerio comunitario.
Genocidio que por momentos deja de ser noticia por un fichaje del Real Madrid o un muerto europeo, por la prisión televisada de la pantoja, o el pollazo del exnovio de una tronista.
Soy responsable, en la parte que me toca de este genocidio, y no pienso mirar para otro lado mientras como y veo las noticias, o pasar página mientras tomo el café mañanero.
Hago pública mi denuncia y protesta pública con tanta pasión como crítico a los políticos por temas ideológicos, juego al fanatismo futbolero, o discuto por lo que sea y con quien sea por algo tan importante como mi ego.
Mierda de sociedad la europea, notaría sin timbre, críticos con la paja del ajeno y desahogados con la viga en el propio, consumistas, hedonistas anestesiados, inhumanos, insumisos emocionales, egoistas de fin de semana, consumidores de telebasura preocupados por el chisme y la chusma.
Todo lo que origina y es causa de este efecto, es fruto de las políticas aplicadas por Europa, del amparo de la ONU, y sobre todo de los valores y principios de nuestro tiempo.
Ciudadanos el pan nuestro de cada día, perdona nuestras ofensas...

Emiliojo

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