Transgresión cívica - La revolución de la clase media.

Añoro y va llegando el día, que lo transgresor sea ser cristiano y misericordioso, el día que el prójimo sea escuchado y atendido, de igual manera que lo haces con los tuyos, próximos o no en situación, ideología, consciencia o naturaleza.
Ser cristiano como Jesús y humano como José, aún sin saberlo, cariñoso y perseverante como el cuidado de unos padres. Se católico de mano tendida a cualquier consciencia, ser respetuoso y asertivo, ser prudente y osado.
Ser una persona de bien, de valores y principios, de humildad y esfuerzo. El camino de los hechos dictado por un verbo natural y compasivo. Dialogar con todos y rezar por todos.
Con motivos para odiar, corazón para perdonar, y razón para dialogar y consensuar.
Humilde con los demás y exigente con uno mismo.
Llega el momento de decir no dónde no toca, de parar con la mano firme y serena el pecho de los que no hacen lo que dicen. El Evangelio en una mano, el prójimo en otra, y en los pies sandalias dispuestas a ser sacudidas halla dónde no te quieran por tu consciencia.
Psicólogos naturales que los ven venir por su palabrería y su descaro, pero que siguen trabajando y creando generatividad, a base de sinergia y empatía. Trabajar con el supuesto enemigo porque si no te conviertes en él, y sus hijos tendrán razones para convertirte en adversario de una guerra eterna.
Jesucristo es la llave, es la túnica sagrada, es la mano tendida, es la asertividad emocional, es el hijo que nos hace hermanos. Dios nos quiere a todos, somos uno, creyentes o no, seguidores o perseguidores, compasivos o crueles, ignorantes o ingenuos, soberbios o humildes.
La transgresión del que trabaja día a día en silencio, entendiendo y atendiendo, haciendo posible el futuro, comprensivo y perseverante, solidario y cotizante, consecuente y sacrificado.
La revolución de la clase media sustento de un sistema que no vela por ellos; ni los que llegan envueltos en la bandera de lo social que esconde sus miserias y disfraza sus incapacidades, ni de los que se fueron uniformados por la razón de la sinrazón.

Poyasta bueno lo bueno...

Emiliojo